No
conocimos en persona a Roberto Rodríguez Silva, arquitecto bogotano nacido en 1924 y fallecido en 2012, pero sí
algunas de sus obras.
Y
debemos reconocer –con algo de vergüenza– que fue con su muerte que vinimos a
saber que, además de su prestigio profesional, era uno de los mejores expertos comentaristas de jazz.
Sabíamos,
eso sí, que Rodríguez Silva fue uno de los discípulos colombianos de Mies van
der Rohe en la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, junto a Enrique Triana. (1)
Ambos
eran estudiantes en abril de 1948, cuando se produjeron los trágicos sucesos y
eran precarios los medios de comunicación de la época.
Rodríguez
Silva era arquitecto de la Universidad Nacional y años más tarde se especializó
en planeación urbana en MIT. Fue uno de los fundadores de la Universidad de los
Andes y de fundador y decano de la Facultad de Arquitectura de la Javeriana,
una de cuyas sedes es precisamente obra suya. (2)
Diseñó
junto a Francisco Pizano de Brigard el famoso Supermercado Rayo, hoy Carulla de
la 63 con Séptima, que no puede pasar inadvertida para los que transitan por la
avenida, debido a su bóveda y el tratamiento del hormigón. (3)
Es
una obra perdurable que podría conservarse mejor. Los cálculos estructurales
son del ingeniero Guillermo González Zuleta.
También
es de Rodríguez Silva el reconocido edificio Sabana, quizá el primero de los
edificios modernos que se construyó en la década de 1960 en la avenida 19,
recién abierta en el centro bogotano. Lástima que al ser rodeada por otras
construcciones se perdiera la vista de su planta.
Y
algo que está en ruinas y a punto de caer desde hace varios años. La casa del
Chicó donde funcionó el restaurante Casa Vieja. Está en la carrera 11 con 90,
frente a la iglesia de la Inmaculada Concepción y tiene entrada por una vereda
peatonal.
Como
ya se ha dicho en otros casos, una de sus obras es precisamente su propia casa,
en este caso en el barrio Santa Ana, que por cierto colinda con la de Germán
Samper Gnecco, recientemente fallecido. (*)
Y
en cuanto a su otro oficio, el de comentarista musical por medio siglo en la
emisora HJCK, Isaías Peña Gutiérrez
escribió por los días de su muerte lo siguiente:
“El programa se llamaba
‘Jazz..., les habla Roberto Rodríguez Silva’.
Los méritos de RRS son muchos,
y mientras alguien escribe algo a fondo sobre su historia (…) habrá que decir, así de simple, que fue él
quien le enseñó al país que, fuera de todas las demás músicas -en ocasiones muy
pobres- que escuchábamos por la radio o en las radiolas de los pueblos o
barrios, existía el jazz y el blues. Y nos enseñó sus temas, su historia, sus
compositores y sus cantantes e intérpretes.
Nos enseñó a escuchar la
música de los dioses negros, que otros blancos han aprendido a tocar y a
escuchar”. (4)
Entretanto, Óscar Acevedo recordó en
El Tiempo que Rodríguez Silva “antes de su lamentable fallecimiento, ocurrido
la semana pasada, se manifestó elocuentemente acerca del empobrecimiento
reciente del jazz, a raíz de la excesiva inclusión de electrónica en una música
de vocación acústica”. (5)
“Muchos
líderes colombianos de diversas áreas crecieron oyendo al maestro Rodríguez
Silva, quién contribuyó a la educación auditiva de los oyentes, transmitiendo
los sonidos vanguardistas del mundo durante medio siglo. Jazz en su tumba”,
concluyó el músico.
(2) Mendoza Laverde, Camilo, 50 años de arquitectura. Apuntes para la historia de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Javeriana.
(3) Proa 171. Abril de 1965
(4) http://isaiaspenag.blogspot.com/2012/04/roberto-rodriguez-silva-y-feria-del.htmlrevista proa
* Sobre este tema, ver nuestro artículo ‘La casa del arquitecto’.
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