miércoles, 30 de octubre de 2019

Urbanidad y urbanistas (19). Tras las huellas de Herrera y Nieto Cano


Alberto Herrera (1922) y Jaime Nieto Cano (1919) comenzaron estudios de Arquitectura en la Universidad Nacional y los concluyeron en la Catholic University of America, de Washington D.C., donde se graduaron en 1942. En esa misma escuela estudiarían Pablo Obregón y José María Valenzuela, dupla profesional a la que dedicamos otro capítulo. (1)

Jaime Nieto, hijo del educador Agustín Nieto Caballero, obtuvo luego un master en Yale. Falleció prematuramente en 1964.



Los profesionales fundaron la sociedad que lleva sus apellidos en 1946. (2)

“Los dos arquitectos inician estudios en la recién formada (1936) Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, de donde se trasladan a la ciudad de Washington D.C. para terminar el ciclo profesional en 1942 en la Catholic University, de formación clasicista”.

Jaime Nieto Cano entró a la Yale School of Architecture, donde obtuvo el título de master (M. F. A.) en 1943 y conoció la obra de maestros de la arquitectura moderna, entre ellos Marcel Breuer, en New Haven. Fue vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos para el periodo de 1950.

Proa señala que en 1949 proyectaron un edificio de renta en Bogotá “que causa gran impacto en la arquitectura local debido a la disposición radical de la planta libre pero sobre todo debido a la mezcla atrevida de materiales locales (ladrillo y piedra arenisca) con materiales importados (vidrio y perfilería lacada)”. (3)

Luego se asoció a ellos Jorge Gaitán Cortés, quien fuera uno de los alcaldes más destacados en la historia bogotana moderna y que también obtuvo la maestría en Yale, pero se retiró de la sociedad (Herrera Gaitán y Nieto Cano)  en 1948. (4)



Entre las obras de Herrera y Nieto cano sobresalen las casas Gómez Arrubla (1950-1954) en  Manizales, proyecto que fue elogiado dentro y fuera del país. (5)

También la casa Alberto Osorio, desaparecida, que se encontraba en la actual “zona rosa” de la calle 82, de Bogotá. (6)

El terreno “permitió la distribución de jardines espaciosos” en esta obra, en la cual  se destaca “la vistosa utilización de los materiales”.



Herrera y Nieto Cano hicieron además la Casa Gustavo Ochoa, en la calle 85, en el barrio bogotano de El Retiro (7), también demolida, y la propia residencia de Nieto Cano, proyectada por la firma Herrera y Nieto Cano Ltda., en colaboración con Clara Villegas de Nieto Cano, esposa del arquitecto Nieto Cano. (8)

“Es particularmente interesante por las diversas apuestas en el diseño encaminadas a lograr las mejores condiciones de vida para la familia”, sostiene Pedro Juan Bright Samper.

Las casas de Herrera y Nieto Cano (y también las de Ricaurte, Carrizosa y Prieto), en el periodo 1945-1959, fueron el tema de la tesis de doctorado en Historia y Teoría de la Arquitectura, elaborada por Margarita María Roa Rojas, en la Universidad Politécnica de Cataluña, en Barcelona, que obtuvo mención Cum Laude.

La tesis se tituló así, “La transformación del espacio doméstico y de los modos de vida en Bogotá 1945-1959. Las casas de las firmas Herrera & Nieto Cano y Ricaurte, Carrizosa & Prieto”.



Ese fue también el título de la conferencia dictada por la misma arquitecta en Arquiandinos, el 18 de octubre pasado, en la cual disertó sobre esa etapa fundamental y representativa en la construcción de la modernidad en Colombia.

"La mitad del siglo XX estuvo marcada por una transformación generalizada de las ciudades colombianas. Uno de los ámbitos en los cuales se identificó gran parte del origen de estas transformaciones, fue el del espacio doméstico. Las firmas de arquitectos y las entidades estatales financiadoras de vivienda comenzaron un proceso experimental de búsqueda sobre lo que debía ser y representar una casa moderna, reflejado en las propuestas que se plantearon tanto para la producción en serie como para los encargos privados”, de acuerdo con Roa Rojas.

La arquitecta señaló que “la firma Herrera & Nieto Cano (1944-1959), caracterizó a cabalidad el momento inicial de la arquitectura moderna bogotana, marcado por el eclecticismo y la transición”.

Dentro de ese contexto –añadió– que hacia 1945 aparecieron las primeras obras de firmas como Herrera & Nieto Cano con la novedosa propuesta de las “casas modernas” en los barrios de la ciudad, y para 1959 ya se había consolidado una nueva manera de habitar, a partir de unidades vecinales de casas en serie y de barrios residenciales de casas individuales

Notas

(1) Fontana, María Pía y Mayorga, Miguel. Colombia, Arquitectura Moderna. Ediciones Etsab, 2006. En https://es.calameo.com/read/000101630b2f75e4c6cec. Consultada el 127 de octubre de 2019.

(1) Ciudad y Arquitectura Moderna en Colombia, 1950-1970. Ministerio de Cultura. Bogotá, 2008.

(2) Revista Proa no. 31, Enero de 1950.

(3) http://cavicaplace.blogspot.com/2012/02/casa-gomez-arrubla.html


(4)

(5) Revista Proa. No. 35. Mayo 1950

(6) Revista Proa. No. 65. 1952
(7) Bright Samper, Pedro. La casa moderna. Revista Credencial Historia no. 338. En http://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-338/la-casa-moderna. Consultada el 17 de octubre de 2019.

(8) Foto publicada en Martínez, Carlos y Arango, Jorge. Arquitectura en Colombia: Arquitectura Contemporánea 1946-1951. Bogotá: Proa Ediciones, 1951.

(9) https://connect.eventtia.com/en/dmz/los-uniandinos-con-los-arquitectos-y-sus-proyectos/website



















lunes, 21 de octubre de 2019

Urbanidad y urbanistas (18). Tras las huellas de Noguera Santander… y Rocha Santander



La mansión de don Eduardo Gerlein en Quinta Camacho,
que sirve de sede a la fundación Fescol

Dos razones sociales que se destacaron en Bogotá a mediados del siglo pasado coinciden en el apellido del Hombre de las Leyes y en la calidad  de sus ejecuciones, muchas de las cuales se conservan en la capital del país.

En el primer caso, la empresa Noguera Santander unió los esfuerzos de Alfonso Noguera Corredor, Jorge Santander y Álvaro Larreamendy.

El bogotano Jorge Arturo Santander, ingeniero y arquitecto nacido el 12 de diciembre de 1916,  era el último bisnieto del general Francisco de Paula Santander y falleció en Bogotá el 4 de julio de 2015, a la edad de 98 años, según la prensa del momento. (1)

Para el observador de la ciudad resultan interesantes unas casonas de corte americano que se encuentran caminando por sectores conservados de Bogotá, que testifican sobre una época dorada de la construcción de residencias en el país.

Aviso de la empresa publicado en la revista Proa,
con la casa  Gerlein, en la calle 70 con carrera 12

Tal es el caso  de las casas Planas, en la calle 85 con Octava (La Cabrera), y la actual sede de la Fundación Friedrich Ebert en Colombia (Fescol), en Quinta Camacho, calle 70 con carrera 12. Ambas se caracterizan por el uso del ladrillo a la vista, sus entradas con columnas de piedra, capiteles y frontones, al mejor estilo norteamericano.

La primera de ellas perteneció a don Miguel Planas, empresario de origen ecuatoriano.

La casa de don Miguel Planas, hoy Club Médico

Otros trabajos de Noguera Santander son el Edificio Academia Nacional de Medicina, en la carrera 9a con 20, cerca de la Plazuela de las Nieves, que fue sede del Ministerio de Trabajo en la década de los años 70 del siglo pasado.

También la casa de Antonio Sefair (1961), ubicada en el Parkway de La Soledad, o avenida 22, con calle 41, que sirvió como residencia de monjas y hoy alberga al teatro Casa Ensamble.


… y Rocha Santander

Mientras tanto, esta última firma unió a Pablo Rocha y Julio Santander, y despertó nuestro interés por el trabajo maestro y casi anónimo en el campo de la construcción de edificios de salud, como que entre sus obras figuran las clínicas Palermo y Marly, y el Hospital Militar Central, de Bogotá. 

Julio Santander nació en Bogotá en 1906, estudió Ingeniería en la Universidad Nacional y trabajó como dibujante en el despacho de Arturo Jaramillo. (2)

Se asoció en 1933 con Pablo Rocha (que estudió arquitectura en Londres) y su primo Severo Rocha, para crear la firma Rocha Santander y Compañía Ingenieros y Arquitectos. Severo Rocha se retiró pronto para ocupar un cargo público.

Edificio Manuel Casabianca

La razón social construyó en la capital del país la Clínica Palermo, en el barrio del mismo nombre, a nuestro juicio un trabajo monumental por el uso del ladrillo a la vista, por su función como centro asistencial, al estilo de las clínicas norteamericanas de la época y por su estilo.

En menor grado reúne algo de esas virtudes la Marly, mientras que el moderno Hospital Militar, bien puede considerarse una obra colosal para el país de entonces.

Rocha Santander comenzó con el edificio Manuel Casabianca, situado en la carrera Octava número 16-28 y considerado el primero de renta en Bogotá.

Casa en el barrio Rosales

Su incursión en el campo residencial incluye viviendas de lujo del llamado estilo inglés, como la que existió en la carrera Cuarta con 76, y que en la década de 1980 fue reemplazada por un edifico de apartamentos.

En su portafolio figura, además, la sede del América Tenis Club, en la carrera 5ª con calle 51.

Notas

Consultada el 6/10/15 a las 5:20 pm

(2) Atlas Histórico de Bogotá 1911-1948. Corporación La Candelaria. Editorial Planeta, Bogotá, 2006.










viernes, 18 de octubre de 2019

Renovación urbana, CAN y C.A.O.S.


El 19 de noviembre de 2017 se derrumbó la que fuera durante casi seis décadas  sede del Ministerio de Obras Públicas, y más tarde del Ministerio de Transporte. Una carga explosiva derribó el edificio de casi seis décadas, que presentaba fallas estructurales y no ofrecía seguridad.

El Ministerio de Obras fue uno de los primeros edificios construidos en la década de los años 50 en lo se llamó Centro Administrativo Nacional (CAN). 


Implosión del edificio del Ministerio de Transporte en 2017 (Foto Mintransporte)

Para algunos, se trataba de un capricho dictatorial, mientras que para otros era la concreción del viejo proyecto de centralizar en edificaciones modernas y funcionales las principales dependencias gubernamentales y “sacar” al gobierno del centro de la ciudad.

Cuenta la revista Proa que este complejo urbano se denominó en un comienzo Centro Administrativo Oficial, pero “el pueblo bogotano que antipatizaba con el proyecto aprovechó la circunstancia de su ubicación en El Salitre, agregó la S correspondiente y desde entonces estas obras son conocidas con el mote de CAOS”. (1)

Gobernaba entonces el general Gustavo Rojas Pinilla (1953-57), después del golpe de estado, cuyo período es recordado por la realización de grandes obras públicas.

Informe de Proa en 1957, cuando terminaba la dictadura de Rojas Pinilla

La iniciativa del plan piloto y del centro cívico se mencionaba en Bogotá desde 1938. Años más tarde se dieron los primeros pasos de un debate en el que intervinieron
Le Corbusier y luego Paul Lester Wiener y Jose Luis Sert.

Pocos colombianos deben saber que dentro del proyecto del CAN figuraba la construcción de un palacio de gobierno.

Era tal la magnitud de la propuesta, que se proyectó una sede presidencial al mejor estilo de las ciudades nuevas, o ciudades gubernamentales, como Brasilia. Sólo que ésta aún había nacido. De hecho se fundaría en 1960, luego de casi cuatro años de obras.

No existían los renders, pero había proyecciones de le edificación nada más ni nada menos que de Skidmore, Owings y Merril.

Alguna vez escuchamos decir que una construcción inconclusa y en ruinas que había en la calle 90 con carrera 13, aproximadamente, cuando aún existían la mayoría de las modernas casas del Chicó, era una propiedad de Rojas Pinilla destinada a residencia presidencial.

“El Palacio del Presidente constituye el punto focal del plan. A cada lado de él, al este y al oeste, hay dos anchas plazas adornadas, alrededor de las cuales se agrupan los edificios de cuatro pisos acomodando a los varios ministerios”, afirmaba Proa en una reseña de la época. (2)

Agregaba que “la escala y el carácter de este plan reflejan el concepto monumental que dio impulso al diseño de los grandes desarrollos cívicos de los siglos diez y ocho y diez y nueve.

“La grandeza y la dignidad que caracterizan los jardines de Versalles, el diseño de la parte central de París  y la ciudad de Washington, reaparecen en este nuevo centro que constituirá un monumento a la antigua grandeza, a la industria actual y al brillante provenir de Colombia”. continuaba la publicación..

Por si fuera poco, se planeaba un gran hotel, de 20 pisos, cuyo diseño estuvo a cargo de los arquitectos H. Albarracín, Edgar Bueno, Humberto Cruz, G. Colazos, Manuel Forero y Roberto Londoño

Por aquellos años se llevó a cabo en Bogotá un simposio organizado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos en el que se presentaron varias ponencias, entre ellas la del futuro alcalde Jorge Gaitán Cortés, titulada “¿Qué es un centro cívico y por qué se preconiza esta solución urbanística y arquitectónica en las grandes ciudades?”


La Ciudad Sarmiento Angulo vista desde la Avenida El Dorado

“Qué hacer con el CAOS” era el titular de un editorial de Proa, que afirmaba: “Estas dictaduras tropicales tienen muchos factores que les son comunes. Uno es el de emprender, sin ton ni son, a ritmo vertiginoso y por mero afán publicitario, en obras espectacularmente suntuarios”.

Una vez terminó la dictadura, las obras quedaron inconclusas pero se habían invertido ya 35 millones de pesos. La publicación calificó el panorama como un “penoso monumento a la petulante necedad de sus artífices”, calificó la misma publicación.

El hecho es que el CAN fue una realidad y durante décadas ha sido el lugar de vida diurna de los empleados de los ministerios de Minas, Educacion, defensa, y años después de entidades como los desparecidos Insfopal e Intra, el DANE, la televisora nacional (Inravisión, hoy Rtvc), Superintendencia de Sociedades, Registraduría Nacional del Estado Civil,  Instituto Nacional de Salud y Policía Nacional.

Todas estas edificaciones se beneficiaban de una completa red de vías, afluentes de la gran Avenida Eldorado, que conectaba con el centro y con el aeropuerto Eldorado en pocos minutos.

Transcurrido casi medio siglo, en el vecindario occidental se abrieron paso en los años 90 la Embajada de Estados Unidos y la Gobernación de Cundinamarca, en los amplios terrenos de la Beneficencia de Cundinamarca, mientras que en la cercana Ciudad Salitre surgían la nueva zona hotelera y corporativa, paralela a la amplia Avenida Eldorado. Un poco más tarde se construyó el centro comercial Gran Estación.




Primeros edificios de la Ciudad Sarmiento Angulo
Ya en el segundo milenio se lanzó el proyecto de Ciudad Empresarial Sarmiento Angulo, promovido por el banquero Luis Carlos Sarmiento, para aprovechar los extensos lotes de terreno y dotar a la ciudad de nuevos hoteles y edificios corporativos. El proyecto se anunció en 2008 y quedó a cargo de Construcciones Planificadas, del Grupo Sarmiento, con el eslogan “una ciudad, como una ciudad debe ser”. (3)

Este plan, presentado como el proyecto inmobiliario más importante de Colombia, tiene un área total de construcción cercana a los 600.000 m² y contempla 15 edificios en tres grandes manzanas, alrededor de un paseo urbano y comercial.

Ya se construyeron las torres de Avianca, la  Cámara Colombiana de la Infraestructura, Cementos Argos y Colciencias, y el hotel Grand Hyatt, además de  restaurantes, tiendas y salones culturales.

Hotel Grand Hyatt, inaugurado en 2019

En cuanto al CAN, el viejo complejo cumplió su ciclo pero sus terrenos son cada vez más valiosos y su ubicación  más estratégica, en una ciudad que ahora supera los 7 millones de habitantes.

En 2013, el entonces presidente, Juan Manuel Santos, presentó un proyecto de renovación de la zona.

La propuesta de Santos complementó el proyecto Ministerios, que busca convertir las manzanas adyacentes al Palacio de Nariño en un área de dependencias  oficiales, pese a la oposición de los comerciantes de la zona, y que se desarrolla lentamente.

El 13 de diciembre de 2013,  en un foro de renovación urbana, Santos dijo que a Bogotá le hacía falta “una dosis de modernidad” y argumentó que con ese objetivo, con visión de futuro, se decidió renovar el Centro Administrativo Nacional para modernizarlo y mejorar la calidad de vida no solo de sus vecinos, sino del resto de ciudadanos. (4)

Así sería el nuevo CAN
Santos aseguró haber vivido el problema en carne propia cuando era ministro de Defensa, y explicó que en las viejas oficinas del CAN hay viejas tuberías, faltan redes informáticas, hay invasión de vías, de zonas verdes y construcciones ilegales. (5)

Poco después se anunció que la propuesta de las firmas de arquitectos Office for Metropolitan Architecture de Holanda, en asocio con Lorenzo Castro y Julio César Gómez,  de Colombia, había sido escogida para el plan maestro de renovación del CAN.

“En 25 años –tiempo en que se culminará la renovación, en perfecta coincidencia con los 500 años de Bogotá– los peatones que pasen por el CAN van a poder desplazarse por el espacio público que hoy se usa como parqueadero”, reseñó entonces la revista Semana. (6)

Se esperaba que el proyecto de renovación urbana Ciudad CAN despegara en el 2016 con un edificio de transición.

El proyecto. Que está a cargo de la Agencia Nacional Inmobiliaria Virgilio Barco, prevé la construcción de más de 100 edificios, no solo de oficinas, sino también de vivienda y comercio. Se trata de organizar unas 70 entidades estatales repartidas por la ciudad, en las que trabajan alrededor de 93 mil empleados. (7)


Proyecto del primer edificio de transición
En total el plan incluye la construcción de 112 edificios de diversos usos (oficinas, comercio, vivienda) con 2,7 millones de metros cuadrados en 86 hectáreas. Además de edificaciones habrá zonas verdes y peatonales.

De los 112 edificios, 18 se destinarán a oficinas del Gobierno, 64 a viviendas (8.000 soluciones habitacionales) y 29 para usos comerciales y culturales.

Pero a las puertas del 2020, el futuro CAN aún no despega.


Notas


(1) Revista Proa. No. 110. Julio 1957. Notas editoriales.  El CAN y el C.A.O.S.
(2) Ídem
(3) http://www.construccionesplanificadas.com
(4) Presidencia de la República. Palabras del Presidente Juan Manuel Santos en el Foro de Renovación Urbana. Bogotá, 13 de diciembre de 2013.
Consultado el 8 de agosto de 2019.
(6) Así será la nueva cara del Centro Administrativo de Bogotá. Revista Semana. Marzo 6, 2015
(7) https://www.agenciavirgiliobarco.gov.co/Proyectos/Paginas/Ciudad-CAN.aspx


















Urbanidad y urbanistas (17). Tras las huellas de Carlos Camargo Quiñones



Camargo Quiñónes en una publicación de los días del Centenario de la Independencia.  

Se dice que Carlos Camargo Quiñones fue el primer arquitecto graduado en el país, título que obtuvo en la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional. 

Es escasa la documentación disponible sobre este profesional, con lo cual estas anotaciones cobran valor.

Estudió ornamentación en la Escuela de Bellas Artes y se graduó como ingeniero arquitecto en 1909, en la escuela dirigida por Alberto Borda Tanco.

Fue uno de los protagonistas en la Exposición del Centenario de la Independencia, celebrada en Bogotá en 1910. Aquí fue uno de los autores del Pabellón Egipcio, junto con Arturo Jaramillo Concha, y del Pabellón de Bellas Artes y el Quiosco Japonés en el mismo recinto.

Camargo Quiñones se desempeñó como subsecretario de Obras Públicas y, ayudado por Pietro Cantini, creó la primera sede de la Academia Colombiana, en el lugar en el que quedara la casa del expresidente  Miguel Antonio Caro, en la carrera Séptima con 19. (2)

Antigua sede de la Academia Colombiana de la Lengua,
demolida en los 60 para ampliar la calle 19

Este pequeño edificio construido entre 1916 y 1919, fue demolido para poder abrir la avenida 19 en una zona que sufrió con rigor el 9 de abril de 1948.

Quienes no conocimos el lugar, por razones cronológicas, encontramos en los archivos detalles sobre la plazoleta que había en ese sitio, cerca de la Capilla del Hospicio, en lo que hoy en día es un lote abandonado en la carrera Séptima con 19, donde se anunció hace algunos años la construcción de un presunto edificio de 95 pisos .

Allí quedaba un orfanato incendiado el 9 de abril y después, por varias décadas el sitio, conocido como el lote de la Beneficencia, estuvo semivacío.

Camargo adquirió en 1926 y reformó la casa ubicada en la calle 12 no 2-71 / 77, en el Conjunto San Miguel del Príncipe, que heredaron sus hijas. (3)

Esquina occidental el Colegio de San Bartolomé

Pero tal vez su mayor trabajo fuera la remodelación del Colegio de San Bartolomé en 1919, con lo cual se completaron los costados de la carrera Séptima y la calle Novena de la llamada “manzana jesuítica”, que engloba la Iglesia de San Ignacio, el Museo Colonial y los edificios bartolinos.


Notas

(1) González Escobar, Luis Fernando. Del alarife al arquitecto. El saber hacer y el pensar la arquitectura colombiana. 1847-1936. Universidad Nacional de Colombia. Escuela de Historia. Medellín, 2011. En
págs.. 606-608. Consultado el 6 de septiembre de 2019, 21:45
(2) Escovar W., Alberto. Bogotá Centro. Guías Elarqa de Arquitectura. Tomo II. Ediciones Gamma.
(3) Ibídem









Urbog - Copias sin autenticar


¿Cuántos no creemos haber visto esta imagen en la calle 83 u 85 de Bogotá cuando niños o adolescentes? Podríamos creer que era una obra de Guillermo Bermúdez o de Gabriel Serrano, en alguna calle de El Retiro, por ejemplo.

Pero no. Es una casa de José Lluis Sert en Cambridge (Massachusetts). La casa guarda cierto parecido con la casa de don Jesús Manrique, ubicada en la carrera 10 con 82, de Bogotá, hasta hace unos 15 años, y reemplazada por una torre de concreto y cristal. (2)

Casa Manrique, que quedaba en la carrera 10 con avenida 82, barrio El Retiro

Y la casa de Sert en Massachusetts (o viceversa)

También, cuando pasamos frente al Parque Nacional, rumbo al centro de Bogotá, recordamos a Brasilia al ver el que fuera edificio de oficinas de la Esso colombiana, que hoy es la sede de la Corporación Autónoma Regional de la Sabana de Bogotá (Car). Parece obra de Oscar Niemeyer.


Este edificio de Trujillo Gómez y Martínez Cárdenas nos sitúa en los bloques de la Esplanada dos Ministerios, en el Eje Monumental, que a lado y lado reúne los 17 edificios de igual número de carteras ministeriales, todos idénticos, de 10 plantas, proyectados por Niemeyer. O el también suyo edificio del Ministerio de Educación en Río de Janeiro.

Edificio Esso Colombiana
Y edificios de los Ministerios, en el Eje Monumental de Brasilia 


Algo similar pasa con el Centro Nariño. Los edificios pequeños nos transportan a las entrecuadras de  Brasilia, edificadas en 1960 y diseñadas en el plano piloto por Lucio Costa, cuando se fundaba la capital federal en el Planalto Central.

Muchos han comentado que la casa que se ilustra en la foto, que rompe con el estilo inglés del barrio bogotano de La Merced, a un lado del Parque Nacional, y ahora conocida como la Casa del Cine, tiene innegables alusiones a las casas de Frank Lloyd Wright en suburbios de Chicago como Oak Park (Illinois). La de Bogotá. Que perteneció a Gustavo Vejarano (1938), es obra de Ignacio Martínez Cárdenas. (3)

Casa Vejarano (Trujillo Gómez y Martínez Cárdenas, 1938) en La Merced, a un  lado del Parque Nacional

También hay en el país  construcciones que recuerdan la Ville Savoie o la capilla de Ronchamp, de Le Corbusier.

Y edificios como el antiguo del Banco de Bogotá (hoy sede de juzgados), en el que tuvieron que ver Pablo Lanzetta y el famosísimo estudio neoyorquino Skidmore, Owings y Merrill. O el antiguo Banco Francés e Italiano (de Obregón y Valenzuela) en la avenida Jiménez, de Bogotá,  que refleja el esquema de Lever House, precisamente de aquel estudio neoyorquino.

Lever House, de S.O.M.

Todo esto hablando de similitudes.

Pero también hay imitaciones deliberadas. Y esto nos lleva a las conocidas anécdotas de los mafiosos que resolvieron copiarse de construcciones famosas, supuestamente por no haber sido admitidos como socios. Es el caso del Club Colombia de Cali, reproducido –según dicen los caleños de a pie– en algún barrio de la ciudad, por un presunto desquite.

Y  hay quien repite una historia muy parecida con un club de Bogotá.

En Cali unos narcotraficantes hicieron una réplica barata de la Casa Blanca, algo que también vimos en el Ala Norte de Brasilia.

Y las hay en varias ciudades estadounidenses, denominadas fake white houses.

Pero volviendo al tema original, en la mayoría de los casos son simplemente parecidos, obras inspiradas. No necesariamente copias.

En China, país que es considerado la meca de las falsificaciones de baratijas, llaman Shanzhai las copias milimétricas.

No obstante, Ben Goodger, experto en propiedad intelectual del estudio Edwards ­Wildman, considera que en el gigante asiático el concepto es muy diferente.

“En China, copiar algo es mostrar un profundo respeto por su manufactura. La sociedad china tradicional es muy jerárquica: están los maestros de su arte y muchos artistas copiando a esos maestros en cada detalle, tan minuciosamente como sea posible. Eso es entendido como un homenaje porque el maestro es el gran genio”, afirma Goodger. (4)


Notas

(1) https://es.wikiarquitectura.com/edificio/casa-sert-en-cambridge/

(2) Revista Proa 36. Junio 1950

(3) Sobre la obra de Trujillo Gómez y Martínez Cárdenas, el ing. Luis Fernando Martínez realizó el archivo  http://www.urbanizar.net/imc.html. Consultado el 16 de octubre de 2019.

4) http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/03/140324_china_arquitectura_replica_ciudades_finde_v
























jueves, 3 de octubre de 2019

Urbanidad y urbanistas (16). Tras las huellas de Roberto Rodríguez Silva


No conocimos en persona a Roberto Rodríguez Silva, arquitecto bogotano  nacido en 1924 y fallecido en 2012, pero sí algunas de sus obras.

Y debemos reconocer –con algo de vergüenza– que fue con su muerte que vinimos a saber que, además de su prestigio profesional, era uno de los mejores  expertos comentaristas de jazz.


Sabíamos, eso sí, que Rodríguez Silva fue uno de los discípulos colombianos de Mies van der Rohe en la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, junto a Enrique Triana. (1)

Ambos eran estudiantes en abril de 1948, cuando se produjeron los trágicos sucesos y eran precarios los medios de comunicación de la época.

Rodríguez Silva era arquitecto de la Universidad Nacional y años más tarde se especializó en planeación urbana en MIT. Fue uno de los fundadores de la Universidad de los Andes y de fundador y decano de la Facultad de Arquitectura de la Javeriana, una de cuyas sedes es precisamente obra suya. (2)



El Supermercado Rayo, luego Carulla de la 63

Diseñó junto a Francisco Pizano de Brigard el famoso Supermercado Rayo, hoy Carulla de la 63 con Séptima, que no puede pasar inadvertida para los que transitan por la avenida, debido a su bóveda y el tratamiento del hormigón. (3)

Antiguo restaurante Casa Vieja, en la carrera 11 con calle 90

Es una obra perdurable que podría conservarse mejor. Los cálculos estructurales son del ingeniero Guillermo González Zuleta.

También es de Rodríguez Silva el reconocido edificio Sabana, quizá el primero de los edificios modernos que se construyó en la década de 1960 en la avenida 19, recién abierta en el centro bogotano. Lástima que al ser rodeada por otras construcciones se perdiera la vista de su planta.

Y algo que está en ruinas y a punto de caer desde hace varios años. La casa del Chicó donde funcionó el restaurante Casa Vieja. Está en la carrera 11 con 90, frente a la iglesia de la Inmaculada Concepción y tiene entrada por una vereda peatonal.

Como ya se ha dicho en otros casos, una de sus obras es precisamente su propia casa, en este caso en el barrio Santa Ana, que por cierto colinda con la de Germán Samper Gnecco, recientemente fallecido. (*)

Y en cuanto a su otro oficio, el de comentarista musical por medio siglo en la emisora HJCK, Isaías Peña  Gutiérrez escribió por los días de su muerte lo siguiente:

“El programa se llamaba ‘Jazz..., les habla Roberto Rodríguez Silva’.

Edificio Sabana

Los méritos de RRS son muchos, y mientras alguien escribe algo a fondo sobre su historia (…)  habrá que decir, así de simple, que fue él quien le enseñó al país que, fuera de todas las demás músicas -en ocasiones muy pobres- que escuchábamos por la radio o en las radiolas de los pueblos o barrios, existía el jazz y el blues. Y nos enseñó sus temas, su historia, sus compositores y sus cantantes e intérpretes.

Nos enseñó a escuchar la música de los dioses negros, que otros blancos han aprendido a tocar y a escuchar”. (4)

La casa del arquitecto, en Santa Ana

Entretanto, Óscar Acevedo recordó en El Tiempo que Rodríguez Silva “antes de su lamentable fallecimiento, ocurrido la semana pasada, se manifestó elocuentemente acerca del empobrecimiento reciente del jazz, a raíz de la excesiva inclusión de electrónica en una música de vocación acústica”. (5)

“Muchos líderes colombianos de diversas áreas crecieron oyendo al maestro Rodríguez Silva, quién contribuyó a la educación auditiva de los oyentes, transmitiendo los sonidos vanguardistas del mundo durante medio siglo. Jazz en su tumba”, concluyó el músico.



Notas


(2) Mendoza Laverde, Camilo, 50 años de arquitectura. Apuntes para la historia de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Javeriana.

(3) Proa 171. Abril de 1965

(4) http://isaiaspenag.blogspot.com/2012/04/roberto-rodriguez-silva-y-feria-del.htmlrevista proa 







* Sobre este tema, ver nuestro artículo ‘La casa del arquitecto’.