Se
trataba de un homenaje a la destacada tarea resumida en Camacho y Guerrero, empresa
homónima que establecieron en 1963.
Camacho
Fajardo nació en Estados Unidos, pero procede de una familia de Puente
Nacional, Santander, en tanto que Guerrero es caleño. El primero estudió en el
Colegio de San Bartolomé y se graduó de arquitecto a mediados de los 50 en la
Universidad Nacional, de la cual fue profesor de esa institución durante mucho
tiempo.
Guerrero,
por su parte, estudió en el Colegio Berchmans, de la capital vallecaucana y
también estudió en la Nacional, para luego especializarse en Italia y Gran
Bretaña.
Conjunto Geronia, un grupo e casas construido en 1964 por C y G en el sector de El Nogal. Impresiona el aprovechamiento escalonado el terreno. |
La
firma se asoció en sus comienzos al famoso ingeniero calculista Guillermo
González Zuleta.
Edificio Mobil, que incorpora una pequeña estación de gasolina. Antes hubo una bomba en el mismo lugar. |
Al
adentrarnos en su trayectoria resalta la especialización en edificios
empresariales, corporativos, institucionales y deportivos, lo cual habla de un
trabajo extenso y metódico.
Ente
las obras iniciales de la firma se recuerdan los talleres y garajes para la
Empresa de Trolleys de Bogotá (1956), la central telefónica de la Ciudad
Universitaria (1956), la sede de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
Bogotá, la central telefónica de El Chicó (1959), 150 casas en Niza (1965) y el Coliseo Cubierto El Salitre.
Pero
en el ámbito nacional, son fruto del trabajo de este dúo la Plaza de Toros de
Cali, el coliseo cubierto de Pasto, el hospital psiquiátrico de Barranquilla;
en Cali o sus alrededores la plaza de toros de Cañaveralejo, el aeropuerto
Alfonso Bonilla Aragón, Carvajal y Compañía y la Gobernación del Valle del
Cauca, así como la Penitenciaría de
Occidente en Popayán y más recientemente el Club Campestre Payandé, en Villeta
(Cundinamarca).
Decía
hace pocos años Aura Lucía Mera en El País, de Cali, hablando de Camacho y
Guerrero, que “afortunadamente el destino quiso reunirlos”. (1)
Esta imagen agrupa tres obras seguidas de C y G, situadas en la zona financiera de la 72, en Bogotá |
“Creo
que en ese momento ni ellos mismos sabían que le darían un vuelco definitivo a
la arquitectura y al diseño en Colombia y que el humilde ladrillo se
convertiría en protagonista principal”, comentó.
Y
es que las obras de C y G aparecen desde la misma llegada del viajero a Bogotá
y lo saludan a medida que se adentra en la capital colombiana.
Así
desfilan Carvajal, Kodak y Legis, y más allá El Salitre y luego la zona
financiera de la 72 que en pocas manzanas reúne los edificios Mazuera, Mobil,
Coca-Cola y Colmena, construidos en los
80 y 90.
Julián
Guerrero le confesó a la columnista caleña citada que empezó a enamorarse del
ladrillo cuando hacía estudios de posgrado en Roma y al regresar vio que el material
bogotano es de óptima calidad.
Edificio Fernando Mazuera, originalmente conocido como Multifinanciera, en plena Avenida de Chile. |
Es poco lo que podemos agregar en estas notas de Jaime Camacho y Julián Guerrero. Sus realizaciones nos han acompañado desde la infancia, aunque entonces nada sabíamos de sus creadores y tal vez aún muchos cohabitantes de este altiplano siguen sin saberlo.
Hace
poco la feria de Expoconstruccion y Expodiseño, de Bogotá, les entregó a C y G el
Premio Nacional al Diseño, Investigación
y Construcción de obras en arcilla por el edificio Colmena, situado en la carrera
7 con calle 78 en Bogotá. (2)
“Las
cualidades urbanas, arquitectónicas de este edificio son un ejemplo de la
trayectoria profesional de sus autores, caracterizada por la seriedad, el
conocimiento y el excelente manejo del ladrillo”, señaló el jurado.
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