lunes, 4 de febrero de 2013

Renovación del centro de Bogotá

El centro de las ciudades, eso que los españoles llaman casco viejo, el downtown de los anglosajones,  siempre estuvo presente en las poblaciones fundadas por los conquistadores españoles, con su damero tradicional, con calles rectas y cuadrículas, y una plaza mayor en la mitad.

Esta casona de la calle 18 con 6a, en la que hubo un hotel
de mala muerte, fue recuperada con fines hoteleros
Se trata del lugar en el que se reúnen los poderes públicos y religiosos, aparte de ser el lugar de encuentro de los ciudadanos. Y generalmente allí estaban el comercio, los servicios y los oficios básicos.

Bogotá no es la excepción y en la capital colombiana el centro es el lugar en el que confluyen las sedes del gobierno,  la  justicia, la administración municipal, la Iglesia y los antiguos escenarios educativos y culturales.  Pero ese núcleo cayó en desgracia y fue abandonado a su suerte por sus autoridades y por una parte de los habitantes.

Algunos reducen un poco erróneamente el centro histórico bogotano a La Candelaria, que es tan solo uno de los barrios céntricos, como también lo son La Catedral, Las Aguas, Las Nieves y La Concordia, nombres poco conocidos entre los nuevos capitalinos.
 
El hecho es que hace por lo menos tres décadas se habla de la renovación del centro e incluso hace veinte años ya había una estrategia con ese nombre, el Plan Centro. Y el centro no solo ha comenzado a resurgir hace varios años, sino que es una inagotable fuente de riqueza urbana y ofrece múltiples oportunidades de revitalización.
 
No vale la pena detenerse a analizar los intentos por renovar la zona céntrica, sus fracasos y los últimos y desafortunados gobiernos distritales. Conviene sí discutir el tema a partir de los aspectos más recientes. Y el actual alcalde lo tiene en su agenda.

La escasez de suelo urbanizable y una relativa desocupación en ciertos sitios, luego del éxodo protagonizado de hace años por la empresas privadas y el comercio de clase alta hacia el norte u occidente, crean un escenario maravilloso.

El centro ya no es la zona insegura de hace 10 o 20 años. Lo mejor de todo es que quizá nos hemos dado cuenta más por los extranjeros que visitan a Bogotá y que se interesan por el centro más que cualquier otro sector bogotano, como debe ser.

Nos parece recordar que el centro bogotano comenzó a renacer hace cosa de tres lustros, en tiempos de los alcaldes Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, cuando los bogotanos y los turistas volvieron a “gozarse” la ciudad, como decía este último.

Así comenzamos a entender que la Catedral, el Capitolio, la plaza de Bolívar, los templos y las callecitas viejas eran lo más valioso de la ciudad, más que los centros comerciales y zonas de bares y restaurantes del norte de la ciudad.
 
Hoy en día hay esfuerzos tímidos pero importantes para restaurar áreas centrales y aprovechar construcciones valiosas y poco utilizadas que merecen mejor suerte. 

Edificios como éste son una excelente opción para
oficinas o viviendas nuevas y a la vez proteger el patrimonio
No creemos equivocarnos si soñamos con que a la vuelta de diez años el centro de Bogotá será una zona densamente habitada, con lugares de vivienda, trabajo y diversión  de primera categoría, y con calles seguras y limpias por las que circulen con tranquilidad grandes y chicos. Con calidad de vida.

En el Plan de Desarrollo aprobado por el Concejo de Bogotá está contemplada la revitalización del centro y el Instituto de Patrimonio Cultural definió un proyecto de ciudad que contempla la racionalización y optimización de la movilidad, el mejoramiento de las condiciones de accesibilidad y el aumento de la oferta de espacio público, entre otros aspectos.

La iniciativa comprende La Candelaria, La Catedral, La Concordia, Egipto, Las Aguas, Santa Bárbara, Belén, Las Cruces, Lourdes y las Nieves, en donde se busca intervenir zonas deterioradas o en precarias condiciones urbanísticas y ambientales, actualizar la infraestructura de servicios públicos y aumentar el espacio público.

Uno de los objetivos de la alcaldía de Bogotá con esa estrategia es reducir el déficit de vivienda y contribuir a solucionar el problema de techo de desplazados y personas de bajos ingresos.

En este lugar se iba a construir el Centro Cultural Español. El
proyecto se canceló en el 2012 ante la crisis económica ibérica

 
Incluso el alcalde Petro solicitó al Gobierno contemplar en el plan de vivienda la posibilidad de que los edificios desocupados se destinen a vivienda de interés prioritario.

Mientras tanto, se abren paso iniciativas que oxigenan el corazón de la ciudad. Quizá las  más valiosas sean las situadas en la zona de Las Aguas.

Sin embargo una de las obras más atractivas e interesantes que se tenía por aquí, el Centro Cultural Español, se canceló por la crisis económica de España. Del proyecto solo quedan unos avisos en los terrenos en los que se iba a construir el edificio. Allí dice: “Renovación del centro…”

El terreno de la cra 3a con calle 19 anuncia renovación.
 Pero no se sabe con qué proyecto se renovará la zona.
El proyecto incluía, además del escenario cultural, hotel, oficinas, comercio y apartamentos, en un conjunto que se integraría al Colombo-Americano, la Alianza Colombo-Francesa y universidades como Los Andes, que contribuyó a restaurar ese rincón con obras de la talla de los edificios Laserna y Santodomingo.

Allí se siente una impresión especial, pues el cercano cerro de Monserrate produce una sensación de pantalla que envuelve el sector.
La glorieta de la cra. 3a. con 19, en Las Aguas, es uno de los sitios del
centro que se revitalizarán. El sitio es una nueva ciudad universitaria
La obra se acordó en el 2006 entre la Alcaldía y la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aeci), y  la Empresa de Renovación Urbana (ERU)  realizó una inversión de 1.920 millones de pesos en la adquisición de predios.

Debía comenzar en el 2007, se planeaban inversiones por 15.000 millones de pesos y España ofreció encargarse del mantenimiento durante 65 años. Se proyectaba un complejo de 5.800 metros cuadrados que incluía salas de exposiciones, auditorio, biblioteca, aulas, tiples, auditorio, tienda y restaurante.

Y allí se formaba un triángulo de sedes culturales, con el Centro Colombo-Americano y la Alianza Colombo-Francesa.

Pero en mayo del 2012, un mes después de que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, estuviera en Bogotá, España anunció que desistía de la construcción.

El alcalde Petro escribió en Twitter: "El presidente Rajoy me solicitó recibir el lote dado que la crisis no le permite hacer obra".

Ahora urge que alguien se haga cargo de la propuesta y edifique esas manzanas estratégicas. Se dice que la alcaldía bogotana, que ha demostrado tanta lentitud, quiere que el proyecto siga adelante.
           
Muy cerca de allí ya fue rehabilitado el Hotel Continental, obra de Vicente Nasi, que se inauguró en 1948 y cayó en desgracia en los 90. Al lado está por inaugurarse la torre Bicentenario, de 17 pisos, ubicada a pocos metros del  Eje Ambiental y que tendrá suites hoteleras por Business Hotels, de la Organización Hotelera Germán Morales e Hijos.

Torre Bicentenario, de 17 pisos, frente al Parque de los Periodistas.
Hotel, oficinas  y apartamentos en la zona del Eje Ambiental.
Y algo más al occidente, sobre la Avenida 19 o Ciudad de Lima, se construye el edificio que será el más alto del país y cuyas enormes dimensiones impactarán ampliamente el centro.

Pero los propósitos renovadores van más allá del centro propiamente dicho. Por los lados de la calle 26, donde terminaba la Bogotá de comienzos del siglo XX, es decir, donde surgió hace medio siglo el Centro Internacional, se planea otro gran proyecto.

Es un emprendimiento del grupo empresarial Chaid Neme en el lugar del actual Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, que tendría 250 mil metros cuadrados y demandaría inversiones por US$300 millones.

Esa organización adquirió en 2007 un lote en la Avenida Caracas con 26, que era propiedad del banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo, y en el que al parecer se pensó alguna vez en construir la sede del Banco de la República. De inmediato, el grupo Neme contactó a arquitectos de talla mundial para diseñar la obra.

“Por las dimensiones, ubicación y características de la propiedad, se pensó en un desarrollo inmobiliario que se convirtiera en un ícono para la ciudad”, dijo hace poco a El Espectador Nayib Neme, presidente del grupo, y contó que cuando se preparaba la etapa de diseño apareció la posibilidad de adquirir el lote contiguo. Entonces recordó un viejo refrán que dice que “el lote del vecino siempre florece más que el propio”.

“Estamos hablando del cambio urbanístico más importante de la ciudad en muchos años. Se tiene en mente algo parecido a Victoria Station, en Londres, o Pennsylvania Station, en Nueva York. Bogotá necesita un proyecto ícono, como un Guggenheim de Bilbao o, en su momento, unas torres gemelas de Nueva York”, comentó Neme.

La idea inicial habla de comercio, vivienda de alto nivel y oficinas distribuidas en tres o cuatro torres de diferentes alturas.
 
Puede sonar pretencioso pero se pensó para el proyecto en los arquitectos Norman Foster, Richard Myers, Santiago Calatrava y Sir Richard Rogers, que fue el escogido y que por cierto visitó a Colombia en enero de 2013.

 Sir Richard George Lord Rogers of Riverside es ni más ni menos que uno de los autores del Centro Pompidou, de París y su trabajo más reciente fue el complejo olímpico de Londres 2012.

 Nacido en Florencia en 1933, estudió arquitectura en Londres y Yale. Trabajó con Norman Foster, con quien introdujo el concepto Hi Tech y luego se asoció con Renzo Piano, con quien haría entre 1972 y 76 el Centro Pompidou. También es autor del Lloyds Building.
 
El arquitecto se reunió el 17 de enero con el presidente Juan Manuel Santos. “Vino tal vez el arquitecto más famoso del mundo. Se llama Sir Richard Rogers, británico. Y vino anunciar que va a liderar, va a participar en una inversión muy grande en Bogotá, cerca de 700 millones de dólares de renovación urbana en el centro de Bogotá, cosa que nos complace muchísimo”, declaró el presidente.

A todo esto se suma lo que se está haciendo frente al Centro Administrativo Nacional (CAN), bautizado como Ciudad Empresarial Sarmiento Angulo, del que ya se construyeron los edificios de Avianca y de la Cámara Colombiana de Infraestructura.

 El presidente Santos impulsa un plan para renovar el CAN y aprovechar sus ventajas, ya que algunos de los edificios planeados en tiempos del general Rojas Pinilla ya cumplieron su ciclo. Y para ello reforzó lo que en su momento hiciera Virgilio Barco con Ciudad Salitre, que está muy cerca de allí.



La ciudad está llena de espacios que permiten rehabilitarse y aprovecharse para las próximas décadas. Y en el centro de Bogotá son innumerables los edificios de gran factura que podrían convertirse en nuevos apartamentos, consultorios y oficinas.

1 comentario:

  1. Muy buen artículo, una pregunta sabes quién fue el diseñador y constructor de los edificios del banco Popular. A nivel nacional cordial saludo.
    Johnjoseserranobrasvi@gmail.com

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