miércoles, 1 de noviembre de 2017

Hotel Tequendama, siempre en primer lugar

 
 
 
Anclado como un barco a la orilla de la carrera 10a. con calle 26, el Hotel Tequendama, el más grande y famoso que se haya construido en Bogotá, se mantiene activo a pesar del paso del tiempo, la llegada de hoteles más jóvenes y la emigración de la ciudad hacia zonas nuevas.
 
El Tequendama nació hace 64 años y en esas seis décadas largas ha sido testigo de la historia del país y alojamiento de grandes personajes.
 
Los primeros años y 400 habitaciones, es decir, la mitad (Foto de Revista Proa)
 
El bar Chispas, el Salón Esmeralda, el Monserrate, la cafetería El Virrey y el recinto más utilizado en eventos políticos, sociales y económicos, el legendario Salón Rojo, son parte de los 18 pisos de altura de esta ciudadela turística de 800 habitaciones.
 
En la década de 1950 Bogotá contaba con algunos hoteles pero eran pequeños e insuficientes para la ciudad que crecía. El Granada había sido demolido hacía poco para dar paso a la ampliación de la avenida Jiménez, vía en la que, por cierto, estaba ya el Continental, dos cuadras arriba.
 
Por entonces gobernaba Laureano Gómez o en su lugar Roberto Urdaneta Arbeláez, depuesto el primero en 1953 por Rojas Pinilla.
 
Mencionamos el hecho pues el hotel siempre tuvo un protagonismo político y desde su fundación fue escenario de banquetes, de celebraciones de campañas presidenciales triunfadoras, de lanzamientos de candidaturas y de homenajes, uno de ellos el que dio al traste con la dictadura de Rojas, encabezado por Alberto Lleras Camargo. 
 
El sitio escogido para el moderno y enorme hotel de entonces fue el área que ocupaba la Escuela Militar, a un lado de la iglesia de San Diego.  
 
Allí se terminaba Bogotá en un época. En distintos momentos la zona se embelleció con el Parque de la Independencia, La Alameda, la Plaza de Toros y el Teatro Olympia, entre otros lugares.
 
Foto de Saúl Orduz, perteneciente al. Museo de Bogotá 
 
El Tequendama se construyó en la parte norte, mirando hacia el centro. Allí existía una glorieta con el templete que guarda la estatua de Bolívar y que luego fue a parar al Parque de los Periodistas, en la Jiménez con 4a.
 
Sin embargo ese redondel despareció cuando el alcalde Fernando Mazuera impulsó la construcción de los puentes de la 26 en 1959, en medio de una lluvia de críticas y el movimiento de toneladas de tierra para construir los viaductos, como contaban  las abuelas.
 


Plantas de zonas del hotel, publicadas por Proa en 1953
 
El Tequendama fue la primera piedra de toda una zona integral de oficinas y comercio que aún está vigente, el Centro Internacional.
 
Los arquitectos proyectistas fueron Holabird, Root & Burgee , de Chicago y los cálculos y diseños estructurales, la dirección y la construcción , corrieron por cuenta de Cuéllar, Serrano, Gómez & Cia. Ltda.
 
En su construcción se usó el reticular celulado, el procedimiento estructural que perfeccionó en el país la firma, en especial su socio Gabriel Serrano Camargo.
 
Se construyeron en principio 26.000 metros cuadrados y 400 habitaciones de los pisos 3 al 17.
 
El Tequendama primero tuvo un cuerpo que miraba hacia el sur, y luego se le añadió otro en la parte oriental, sobre la carrera 10a., con el que alcanzó la enorme cifra de 800 habitaciones.
 
En 1950 comenzó el pilotaje, en enero de 1951 se inició la estructura de 18 pisos y la obra se inauguró el 17 de mayo de 1953. (1)
 
El edificio contaba con 5 ascensores, planta eléctrica, lavandería, banco "y en general cuanto pueda necesitar un cliente exigente", según relataba Proa en  su edición de junio de 1953.
 
Al centro hotelero se sumaron con los años los edificios  Bachué, Bochica, Bavaria y por último Residencias Tequendama en esa isla alargada, en la cual los edificios están conectados entre sí por los pasillos, galerías comerciales y sótanos.
 
Las especificaciones fueron hechas con tal rigor y grandeza que  en pleno 2017 el estacionamiento subterráneo aún da abasto para concurridos eventos.
 
   
 
Los dos cuerpos pegados en forma de T, sobre la calle 26
y la carrera Décima, cada uno con 400 habitaciones
 
 
El Hotel Tequendama pertenece a las Fuerzas Militares. En términos administrativos, fue parte de la Cadena Intercontinental durante gran parte de su vida, hasta 2007, cuando la administración pasó a Crown Plaza. Actualmente es independiente y forma parte del grupo empresarial del Ministerio de Defensa.
 
Allí se hospedaron Richard Nixon (cuando era vicepresidente de Estados Unidos); Fidel Castro, Kirk Douglas, los primeros astronautas que pisaron la luna, encabezados por Neil Armstrong;  Jimmy Carter, el rey Juan Carlos de España, el Dalai Lama, Celia Cruz, Vicente Fernández  y una larga lista de mandatarios y artistas más.
 
En sus salones murió de un infarto un día de 1978 Miguelito Valdés, "Míster Babalú", mientras cantaba.
 
Tras la ampliación de la 26 en 2011, empezaron los rayones

 
Y el área que rodea al hotel, el Centro Internacional, se convirtió en el corazón de negocios de la ciudad, que se revitalizó y se revitalizará aún más con nuevos desarrollos empresariales y residenciales en construcción. Porque el lugar sigue siendo estratégico.
 

Hace cosa de veinte años comenzaron a llegar a Bogotá nuevas cadenas hoteleras y a surgir hoteles en otras zonas, especialmente el norte y el occidente, sin lograr quitar el brillo y la importancia del Tequendama, cuyo eslogan era "siempre en primer lugar".

 
Lástima que la 26 permanezca llena de horripilantes intentos de grafitti, y de indigentes, y que la ruta de Transmilenio por la Carrera Décima cercenara su imponente entrada y su puerta giratoria quedara clausurada.
 
(1) Revista Proa N° 72 junio 1953.
 
La puerta giratoria condenada
 
 
 

 

 
 

 
 
 

 
 
 
 
 
 

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