martes, 14 de noviembre de 2017

Urbanidad y urbanistas (13) Tras las huellas de Ricaurte, Carrizosa y Prieto

A las generaciones jóvenes de estudios del urbanismo y la ciudad en Colombia no les debe decir mucho la razón social Ricaurte, Carrizosa y Prieto.

No así a los que desde hace décadas transitamos a diario la ciudad, pues esa firma nos dice mucho de una época dorada de profesionales que dejaron una huella difícil de borrar.
 
La compañía activa hasta la década de 1970 –hasta donde entendemos–, fue fundada en 1951 por los arquitectos Santiago Ricaurte Samper, Manuel Carrizosa Ricaurte y José Prieto Hurtado. (1)
 

 
 

Carrizosa fue presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos y decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes. (2)

"La arquitectura doméstica en Colombia tuvo un episodio excepcional en los años cincuenta. Por ejemplo, las firmas Borrero, Zamorano & Giovanelli; Pizano, Pradilla, Caro; Massard & Dinneny, y Ricaurte-Carrizosa-Prieto produjeron interesantes series de casas unifamiliares”, señala un estudio de Isabel Llanos y Edison Henao. (3)



Entre las realizaciones de esta oficina de profesionales, que se resume en este elegante anuncio publicado en la revista Proa, se recuerda el edificio Avianca, alguna vez el más alto del país, realización que compartieron con Esguerra, Sáenz, Urdaneta y Samper.

Un trabajo digno de mención de RCP, que se conserva en buenas condiciones, es la sede del antiguo Banco Industrial Colombiano (BIC) en la calle 85 con carrera 16, en el Antiguo Country.



El BIC existió hasta 1999 o algo así, cuando pasó a ser parte de Bancolombia.

Este edificio, que tenía dos apartamentos en las plantas superiores, fue objeto de reformas hace cosa de quince años y aún conserva sus trazos originales, así como su destino como local bancario. (4)

En la esquina nororiental de la carrera 11 con calle 92 se mantiene, aunque con alteraciones, un edificio de apartamentos al que más tarde se le agregaron locales comerciales. (5)

Hasta la década de 1978 funcionó allí el Restaurante Mar Rojo.



Originalmente tenía en el primer piso estacionamiento, servicios y un local. En el segundo, la vivienda del propietario y en el tercero y cuarto pisos varios apartamentos dúplex.

Otro de sus trabajos destacados es el barrio Polo Club, de Bogotá, de cuya primera etapa (la de las características casas de dos pisos)  fueron proyectistas, si bien el proyecto construido finalmente tuvo modificaciones. (6)



El Polo Club fue producto de un concurso convocado en 1957 por el Banco Central Hipotecario.

La urbanización tenía una dotación básica, formada por la iglesia de San Luis Beltrán y el Carulla. Y una cercanía estratégica con sectores mejor calificados social y económicamente, como el Antiguo Country y el Chicó, así como la entonces esplendorosa carrera 15.

El "Polo" marcó toda una época. Y los hijos de esas familias numerosas de los 70 que vivían en el sector -gente pobre pero honrada, con un viejo Chevrolet o un Simca en el  garaje- saben a qué nos referimos. 

Pero quizá –como decíamos– el trabajo más conocido de RCP es el Edificio Avianca, hecho en compañía de Esguerra, Sáenz, Urdaneta, Samper (1969) y que fue durante años uno de los edificios más altos del país, junto al de Seguros Tequendama y la Torre Coltejer de Medellín.
 
 

Y por último, como ejemplo de la arquitectura residencial de la firma, nos referimos una vez más a una encantadora casa del Antiguo Country que hoy forma parte del complejo de sedes de la Clínica del Country y de la cual nos hemos ocupado en nota aparte.

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Notas

(1) http://es.calameo.com/read/000101630b2f75e4c6cec

(2)  Colarte.com Biografía de Manuel Carrizosa Ricaurte

(3) Ricaurte Carrizosa y Prietohttp://dearq.uniandes.edu.co/sites/default/files/articles/attachments/dearq_07_-_04_llanos_-_henao.pdf

(4) Proa, edición no. 105.


(5) Proa, edición no. 133. 


(6) Calderon García, Luis Eduardo. El Polo Club de Ricaurte Carrizosa y Prieto.
http://repositorio.uniandes.edu.co/xmlui/handle/1992/5850;jsessionid=9A710ADDA5AAD4B9CC181B20358CEFA7. Consultado el 14/11/2017.

 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 7 de noviembre de 2017

Firmas de arquitectos


La frase que sirve de título a estas líneas no se refiere a la firma del arquitecto, esa que rubrica los planos de las obras, casi siempre con espléndida caligrafía. Tampoco alude a  las placas que adornaban hace años las obras, a la manera de firma, para acrecentar el prestigio de sus constructores.

Nos referimos a las compañías de arquitectos que florecieron en el siglo pasado, que fueron razones sociales de prestigio, donde los apellidos sonaban y se anunciaban en las vallas que promovían las obras.

Muchas fueron las casas de profesionales que hicieron carrera en Bogotá y otras ciudades principales del país desde bien entrado el siglo XX hasta hace pocas décadas, a la manera de las casas edificadoras de grandes ciudades como Nueva York,  que inmortalizaron los apellidos de sus integrantes.

En Manhattan fueron famosas casas como  McKim, Mead and White; Carrere and Hastings y más tarde Skidmore, Owings & Merril.

En Colombia la figura del estudio de arquitectura no tardó en abrirse paso.
A riesgo de caer en omisiones, como ocurre cuando se intenta una historia de estas, citaremos las razones sociales más conocidas del urbanismo colombiano.
Entre los primeros casos históricos que encontramos está el de  Ospinas y Compañía. Esta firma fue producto de la Sociedad Tulio Ospina y Cia., fundada en 1932 en Medellín para continuar los negocios familiares que desde 1918 lideraba Tulio Ospina Vásquez, fallecido en 1921.

La compañía Tulio Ospina y Cia. tuvo sus oficinas en el edificio de la Colombiana de Tabaco, situado en la carrera Séptima con avenida Jiménez, donde luego se construyó la antigua sede de El Tiempo.

Los hijos de don Tulio,  Tulio, Mariano (futuro presidente de la República) y Francisco Ospina Pérez,  se vincularon a la empresa. Tulio hijo y Mariano, ambos ingenieros, abrieron en 1924 el departamento de construcción, que funcionó en medio de la crisis de la Gran Depresión hasta en 1932, cuando debió reestructurarse.

En 1934 crearon una filial para operar en Bogotá dirigida por Mariano Ospina Pérez y Lucio Zuleta Ferrer. 

El historiador Luis Fernando Molina Londoño afirma que con los Ospina se confirma "la hipótesis de que las crisis económicas despiertan el espíritu empresarial y la capacidad de innovación". (1)

 
Ospinas dejó una impronta -no tan conocida entre los bogotanos-  en Bogotá, donde urbanizó amplias extensiones con viviendas de gran calidad en los barrios Teusaquillo, La Merced, Bosque Calderón, Palermo, Santa Fe, La Soledad,  y mucho después El Campin y  El Chicó.

Pero eso será objeto de otra historia otro día.

En los años 20 se construyó la Plaza de Toros de La Santamaría, proyecto del  ingeniero bogotano Carlos Lascano Berti. No hemos podido establecer si obraba solo o por medio de una firma que llevara su nombre, como se afirma ern algunos estudios. (  )

Enrique Santos Molano relata que para la época  "entre las firmas activas de arquitectos activas en Bogotá se destacaban  Herrera Carrizosa Hermanos, Alberto Manrique Martín, Guerra Galindo y Compañía, Michelsen y Villalobos, Ferreira Alvares y Cia., Rocha Santander y Cia., Casanovas y Manheim y varias más".

Por entonces en Bogotá existía  A. Manrique Martín e hijos, firma creada en 1934 por el bogotano Alberto Manrique Martín, cuya oficina se encontraba en el edificio Cubillos o edificio Andes, construido por la misma empresa y que aun existe en la avenida Jiménez con carrera Octava.


La compañía de Manrique se conoció en una época como Almartín. No obstante, hay que precisar que Manrique se había asociado en 1926 con Echeverry Hermanos y Cia. Ltda., precisamente para construir ese edificio de 8 pisos, que para la Bogotá de entonces fue un verdadero rascacielos. (2)




Cuando surgieron las primeras facultades de arquitectura en Colombia, muchos de los primeros egresados crearon sus empresas.

Herrera Carrizosa Hermanos, compañía de Guillermo (1901-1984) y Hernando (1903-1950), construyó numerosas viviendas de estilos inglés, como lo tratamos en otra ocasión.
Uribe y García Álvarez (Urigar), reunió a los ingenieros César García Álvarez, y Luis Uribe Piedrahita, de la Escuela de Minas de Medellín.
A ellos se sumó Antonio Muñoz Toledo, de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Nacional
Un aviso publicado el 1° de marzo de 1926 en el diario El Tiempo daba razón de la firma. “Uribe García Alvarez & co. Ingenieros. Edificaciones en cemento armado. Calle 14 no. 83”. (3)
Uribe y García Álvarez fueron los autores del edificio Piedrahita (1928), en la carrera 9 con 12. También es obra suya el diseño y construcción de los edificios José Joaquín Vargas, Virrey Solís. Samper Madrid, Fray Juan de los Barrios y Rufino José Cuervo (1941-43). Son cinco torres ubicadas en el terreno del antiguo Hospital San Juan de Dios, que en 2015 tomaron el nombre de Complejo Kaysser. Allí estuvo la Embajada de Estados Unidos algún tiempo y ahora es sede juzgados, en tanto que los locales del zócalo comercian son almacenes de textiles casi todos regentados por ciudadanos de origen árabe.
También es obra de Urigar el Edificio de los Ministerios, situado en la calle Séptima (1940-1950) y diseñado por Herrera Carrizosa Hermanos. Hoy es el Ministerio de Hacienda.
  




Casa Luis Felipe Ángel, avenida caracas con calle 45. Arq Martin Guttmann, 
Ing. Roberto Pachón Gordillo. Roberto Pachón y Cia. 1937-40
Roberto Pachón Gordillo, uno de los fundadores de la SCA en 1934 creó una sociedad con Juan de la Cruz Guerra Galindo en 1932. En 1937 el mismo ingeniero y arquitecto cundinamarqués creó Roberto Pachón y Cia. ( )
Por la misma época se cita en un interesante estudio de Carrasco Zaldúa a Puerta Cuervo Ingenieros, que luego sería Cuervo y Marmorek, integrada por el ingeniero Arcadio Cuervo y el arquitecto austriaco Otto Marmorek. (  )

Hablemos de un nombre muy reconocido en más de medio siglo. 

Camilo Cuéllar Tamayo, Gabriel Serrano Camargo y José Gómez Pinzón establecieron en 1933. la compañía Cuéllar, Serrano Gómez, a la que luego se unió Gabriel Largacha Manrique.





Serrano y Gómez Pinzón, condiscípulos,  se unieron a Cuéllar que regresaba de estudiar en Londres, para abrir la oficina en el edificio del Banco Central Hipotecario, en la carrera Octava con calle 13.

El primer trabajo encomendado a ellos fue la sala de cirugía del Hospital San José y luego el BCH les encargó las casas en serie de la calle 53 con carrera 19, algunas  de las cuales subsisten, ya desfiguradas.  (4)

Eran sus socios Ignacio Vieira, que estudió en la Academia Real de Bruselas; su compañero de estudios, el belga Alberto Dothée, quien estuvo en Colombia entre 1941 y 1952, y Federico Vásquez. ( )

En Medellín también nació, con un solo apellido,  Ospinas y Compañía, que mencionábamos arriba. 
 
Otro socio de Ospinas, José María Montoya Valenzuela, también tuvo su propia firma, Montoya Valenzuela y Cia. Este arquitecto e ingeniero es el autor de grandes obras en ladrillo a la vista. baste citar el Seminario Mayor de Bogotá y la Universidad Santo Tomás.

Trujillo Gómez y Martínez Cárdenas, agrupaba a Santiago Trujillo Gómez e Ignacio Martínez Cárdenas. Su estudio quedó en el edificio Banco de Colombia, en la Octava con calle 13, según publicidad de la época.

 (*)

Fueron los constructores de una rica colección de casas en los 40 y 50, de las cuales infortunadamente muchas fueron demolidas. 
  
Esguerra, Sáenz, Urdaneta, Suárez, surgida en 1946, era la suma de los esfuerzos de Rafael Esguerra García, Álvaro Sáenz Camacho, Rafael Urdaneta Holguín y Daniel Suárez.

Luego se convirtió en Esguerra, Sáenz, Urdaneta, Samper, con un valioso refuerzo: Germán Samper Gnecco, uno de los discípulos de Le Corbusier, a su regreso de París.




Esguerra Sáaenz son el Edificio Avianca, el Museo del Oro, la Torre Coltejer en Medellín, el edificio PanAmerican Life Insurance en el Parque Nacional de Bogotá, la Biblioteca Luis Ángel Arango, el desplazamiento del Edificio Cudecom, a cargo del ingeniero Antonio Páez Restrepo, en 1974; y el Centro de Convenciones de Cartagena, en el antiguo mercado de Getsemaní. 


En la Bogotá de los 40 y 50 también adquirieron prestigio Child Dávila y Luzardo, y Violi y Lanzetta, compañía dirigida por el italiano Bruno Violi y por Pablo Lanzetta.

A esa última firma se deben trabajos como el edificio Buraglia), el edificio Santo Domingo y la sede de El Tiempo en la Jiménez -ya mencionada-, llamada alguna vez la esquina más importante del país.

Pero Lanzetta en otra época estuvo asociado con Guillermo Bermúdez.

                                   
M. de Vengoechea y Cia, fundada por Manuel de Vengoechea, de quien ya nos hemos ocupado en un perfil, origen cubano, que tuvo en sus filas al inolvidable dibujante catalán José de Recasens.

Años antes se conoció la firma Pérez, Buitrago y Williamson. Allí trabajó Manuel de Vengoechea  antes de fundar su propia compañía, Manuel de Vengoechea y Cia. Ltda.

A esta seguiría Vengoechea y Rivas, con Ricardo Ribas Seva, aproximadamente en 1939.

De la misma década son Herrera y Nieto Cano (Alberto Herrera y Jaime Nieto Cano), Gref (García Reyes y Esguerra Fajardo), Leiva y Cia. (construyó Clínica del Country), Ibáñez y Manner, y Noguera Santander.


 
Ibáñez y Manner fue fundada en 1948. Uno sus socios fue el austriaco Franz von Manner (1900-1969), traído a Colombia para trabajar en la construcción del Ferrocarril del Pacífico y los puertos de Barranquilla, Barrancabermeja y Puerto Wilches. 

Esta firma es la autora del tristemente desparecido edificio del Colegio Andino, situado en la carrera 11 con 82 e Bogotá, donde hoy queda el Centro Andino. También la sede del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria), la Cervecería Andina y la antigua sede del periódico La República, en la 5a. con 16.

Noguera Santander construyó numerosas viviendas de estilo colonial americano, como la del actual Club Médico, y modernistas como la de Antonio Sefair en el Park Way de La Soledad, que ahora es sede del teatro Casa Ensamble.





También edificios como el Ferro Mancera, que estuvo situado en la carrera 11 con calle 82 (costado occidental), al lado de lo que hoy es el Centro Andino.

Su socio Julio Santander Collazos tuvo que ver con la construcción del Hospital Militar, en tiempos de grandes obras impulsadas por Rojas Pinilla.

Por los mismos años Néstor Gutiérrez Bolívar y Hermanos hicieron las torres del Centro Urbano Antonio Nariño. 

Robledo, Drews y Castro, formada por Arturo Robledo, Willy Drews y Dicken Castro Duque (diseñador gráfico, además de arquitecto) tuvo una fugaz existencia  entre 1954 y 1958. Drews, quien fue decano de Arquitectura de Los Andes, muere en 1961.

La década de 1960, considerada por estudiosos como la era cumbre de las arquitectura colombiana, que sobresalió en América Latina,  vio irrumpir  muchas empresas.

En el edificio Avianca  (1969), Esguerra Sáenz Urdaneta.... trabajaron en llave con Ricaurte Carrizosa y Prieto.

Como lo dice el aviso anexo, esta era la firma de Santiago Ricaurte Samper, Manuel Carrizosa Ricaurte y José Prieto Hurtado. 
                    

En los años 60 la fórmula profesional fue autora de construcciones perdurables como la que muestra la imagen, que sobrevive tras algunas reformas. 
  
En esos años sobresalió además Pizano, Pradilla, Caro y Restrepo. En este caso los socios eran Juan Pizano de Brigard, Álvaro Pradilla Keith, Luis Caro Caicedo y Manuel Restrepo. (5) 
Entre sus obras figuran el Planetario Distrital, el edificio de Seguros Tequendama,  y la construcción de la Torre Colpatria con diseños de Obregón y Valenzuela.

Pizano, Pradilla, Caro y Restrepo también construyó obras residenciales, algunas de ellas  para miembros de la comunidad judía.





Este pequeño edificio del Chicó, demolido hacia el 
2011, fue sede de Pizano, Pradilla, Caro y Restrepo.


Por la misma época de oro de los arquitectos colombianos se destacó Obregón y Valenzuela, conformada por Rafael Obregón, Pablo Valenzuela y José María Obregón, entre otros.

A Obregón y Valenzuela se debe nada más y nada menos que el edificio Bavaria (1966), ubicado en la punta norte de esa isla alargada e imperecedera que conocemos como el Centro Internacional.

Obregón estuvo asociado con Willy Drews y con Edgar Bueno, reputado dibujante, con quien luego compartiría oficina como Obregón Bueno.
                  

Drews y Gómez Ltda. fue la casa del ya mencionado Willy Drews y Raimundo Gómez desde 1960. Baste citar entre sus obras la  bogotanísima urbanización Niza, que colonizó hacia 1969 y 70 esas entonces remotas tierras del norte de la ciudad, de camino a Suba,  y aun hoy en día es un interesante sector urbano. (6)

Copre y Triana fue una de las sociedades lideradas por Enrique Triana Uribe.
Martínez y Avendaño, dúo impulsado por el inolvidable madrileño Fernando Martínez Sanabria, a quien dedicamos un capítulo especial, y Guillermo Avendaño.

Esguerra y Herrera, que participaron con Rogelio Salmona en el edificio del Automóvil Club de Colombia (1972); que desde hace algunos años es parte de la Universidad Católica de Colombia, en la avenida Caracas con calles 49.

Camacho y Guerrero, sociedad conformada por Jaime Camacho Fajardo y Julián Guerrero Borrero, dejó su umpronta en la calle 72 de Bogotá, donde diseñó las torres empresariales de Fernando Mazuera y Cia., Mobil, Coca Cola y un poco más al norte Colmena.

De Camacho y Guerrero son también las bellas casas escalonadas de la carrera Séptima con 79, al lado del Club El Nogal.

En Cali destacaron en la década de 1970 razones sociales como Lago y Sáenz, y Borrero,  Giovanelli y Zamorano, fundada en 1956. 

Un detalle interesante es el de las firmas que construyeron bellas y amplias casas en el igualmente inolvidable barrio de El Chicó, demolidas hasta el exterminio. Encontramos en los archivos a las empresas Cleves Nariño, Angulo Benincore, García y Yamhure, y Beltrán, Carrillo Obando, Mercado y Pastrana; así como los nombres individuales de Abel Gamo y Álvaro Melo. 

Y no podemos dejar de citar los no menos interesantes edificios de apartamentos de Sudarsky y Menéndez en la calle 85, sector del Antiguo Country, donde se constituyó un entorno homogéneo en alturas y estilos, que aún existe.

Entre las uniones de arquitectos bogotanas, más recientemente recordamos a Campuzano, Herrera y Londoño y Rueda Gómez y Morales, la firma que reunió a Jorge Rueda, Enrique Gómez Grau y Carlos Morales Hendry, a quienes destacamos solo por su inolvidable conjunto Santa Teresa (1977), mimetizado en el ya caótico Usaquén.


También Arias, Serna y Saravia, autores de numerosos hitos de la ciudad, entre ellos las torres residenciales Montearroyo y Sierras del Moral en los cerros nororientales. La fundaron en 1980 el ingeniero civil Eduardo Saravia y los arquitectos Álvaro Arias y Luis Fernando Serna. (7)

Es de anotar que en el siglo XX de Colombia hubo arquitectos solitarios Vicente Nasi (si bien estuvo asociado con firmas en algún momento), y Viktor Schmid, que también fue socio de alguna empresa en un momento dado.

En ciertos casos, las empresas más que de arquitectos fueron de construcción. Tal es el caso de Currea Aya y Uribe Holguín, y Pedro Gómez y compañía. 

Otras veces el nombre de solo uno de los socios, el fundador casi solitario, como en el caso de Fernando Mazuera y Compañía.  También Hernando Vargas Rubiano. Y en Medellín Fajardo Moreno, de Raúl Fajardo, recordado por ser uno de los arquitectos de la Torre Coltejer.

              


En muy pocos casos encontramos a grandes profesionales ocultos tras un nombre corporativo. Estamos hablando de  Construcol, que reunió a Alfonso Dávila Ortiz y Miguel Silva Chearau en los 50. Viktor Schmid trabajó con ellos en alguna época.

El recuento no podría ser exhaustivo y naturalmente hay muchas omisiones. El tema da para más.




Notas
(1)  Ospinas 75 años. Luis Fernando Molina Londoño (et al). Bogotá, Ospinas,  Zona 2008

(2) Semblanza de Alberto Manrique Martín, ingeniero y arquitecto. Ediciones Proa, Bogotá, 1985.

(3) Escovar Wilson-White, Alberto. Guía Bogotá Centro Histórico Bogotá, 2005. Ediciones Gamma S.A. Editorial Dos Puntos S.R.L.

( ) Carrasco, Fernando, Breves Semblanzas de ocho arquitectos del Siglo XX en Colombia. En Ensayos, Historia y Teoría del Arte. Col. IX, Nº 9. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá 2004.

(4) Semblanza de Gabriel Serrano Camargo, arquitecto
Editorial Proa. Bogotá, 1983

(5) Ciudad y Arquitectura Moderna en Colombia, 1950-1970. Ministerio de Cultura. Bogotá, 2009.


( ) Esguerra Sáenz y Samper. Cuarenta años de arduo trabajo. El Espectador, suplemento domingo 13 de abril de 1986


( ) Moderna Bogotá Arquitectónica. Suramericana Editores. Bogotá. 1960.

(6) http://uniandes.edu.co/noticias/arquitectura-y-diseno/willy-drews-un-arquitecto-a-escala-humana

(7) www.ariassernasaravia.com.co. Consultado el 7/11/17.



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(*) Las fotografías de anuncios de empresas de arquitectos fueron tomadas de distintos números de la Revista Proa en la década de 1950.