miércoles, 18 de mayo de 2016

Sir Richard Rogers en la avenida Caracas y otros rascacielos



La silueta de los rascacielos reformará pronto el panorama de Bogotá, cuando se inauguren varias torres que están en construcción, con un ímpetu que no se veía desde los años 70, cuando estuvo de moda hacer grandes construcciones que simbolizaban la pujanza de los bancos y empresas.

La diferencia es que en aquel entonces esas torres apenas llegaban a los 40 pisos y ahora pretenden llegar a los 60, 80 o más más arriba. Ya hemos hablado del BD Bacatá, que está a punto de concluirse en la avenida 19 con carrera 5ª, y que destronará como edificio más alto de Suramérica a la torre Santiago del Costanera Center, de Santiago de Chile (2012), con sus 63 plantas y 300 metros de altura.







El BD Bacatá en mayo de 2016, a punto de inaugurarse


El BD Bacatá, hecho sobre el lote que hace pocos años fuera el Hotel Bacatá, ya aparece en el paisaje de Bogotá, con sus 67 pisos y 240 metros de altura.


La situación dio para que un conocido arquitecto colombiano hablara de la “dubaitización” de Bogotá.


No desconocemos que estas construcciones le darán un  espaldarazo a la recuperación del centro capitalino, que bastante lo necesita, pero también hay que admitir que en algún momento las redes y la infraestructura pueden colapsar si no se adoptan las medidas del caso.


Por otra parte, esta fiebre constructora parece ser fruto del decreto 562 del 2014, firmado por el anterior alcalde, Gustavo Petro, que busca aprovechar mejor el espacio y densificar la ciudad.


Todo esto si bien en algunas zonas bogotanas hay campañas de los vecinos contra los edificios en altura aprobados.


Pero vayamos a los rascacielos en proceso.


Actualmente se construye en la calle 26 con avenida Caracas el proyecto Atrio, en un terreno contiguo al Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada y al Edificio Bancafé, que es hoy uno de los tantos edificios Davivienda, el más alto del país en la década de 1980.









 
 
Así serán las torres Atrio, en la Caracas con 26


Atrio, que pertenece al grupo del fallecido empresario Chaid Neme,  aún está en los sótanos. Estará formado por sendas torres de 44 pisos (200 metros de altura) y 59 plantas (270 metros) para hotel, oficinas y comercio. La obra está a cargo de la Constructora Arpro y la gerencia y promueve la compañía QBO. (1) (2)


El diseño es de Richard Rogers, el famoso arquitecto británico, y el  colombiano Giancarlo Mazzanti.


Rogers, autor del Centro Pompidou, de París, y ganador del premio Pritzker, visitó Bogotá en 2015 para conocer los avances del proyecto, y se reunió con el presidente de la república.


“Atrio es el desarrollo inmobiliario más importante de Colombia de la última década, donde renacerá el centro de Bogotá”, afirma la página de la constructora y precisa que la disposición “configura a sus pies un gran espacio público”.


Los promotores aseguran que dos terceras partes de Atrio se dedicarán a espacio para la comunidad.


El proyecto de 250 mil metros cuadrados, demanda inversiones por más de 300 millones de dólares de inversión. La primera torre debe estar concluida en 2018.





Atrio tendrá un gran componente de espacio público


Atrio tiene una importancia estratégica, si se tiene en cuenta que al otro lado de la 26 está pensado construir una de las principales estaciones de Transmilenio y del futuro tren metropolitano.


Un proyecto del que poco se habla anuncia la poco creíble altura de 90 pisos. Es Entre Calles, que tiene desde hace cuatro años un terreno reservado en las carreras 7ª y 8ª entre 18 y 19, en lo que antes se conoció como la manzana de la Beneficencia de Cundinamarca.  


Sin extendernos mucho en la historia, en esa manzana quedaba hasta el 9 de abril la Capilla del Hospicio, incendiada durante los disturbios, y también estuvieron la Academia de la Lengua y un almacén Ley demolidos en los 60 para dar paso a la ampliación de la avenida 19.


Lo cierto es que Entre Calles no ha pasado de ser un terreno vacío, con una valla en la mitad, cuyo perímetro está abandonado y convertido en letrina.


Diversas fuentes aseguran que este proyecto sería de 420 metros de altura repartidos en  96 pisos.


Y aquí –a pesar del poco avance de este proyecto– habría una noticia importante, pues Bogotá quedaría con uno de los edificios más altos del mundo. Es de recordar que las Torres Gemelas destruidas en 2001 eran de 110 pisos, la Torre Willis de Chicago, algo similar y las Torres Petronas de Kuala Lumpur, 88 , sin contar varios de los rascacielos de Dubai.







En esta manzana del centro de Bogotá se anuncia hace años Entre Calles, de más de 90 pisos, pero no se ven ni ventas ni obras

“Entre Calles, el mayor rascacielos de la región”, asegura la página de la empresa promotora. Añade que “toma vuelo el proyecto que renovará la cara del centro de Bogotá y de Colombia entera. Una obra que se convertirá a la vez, en el punto de encuentro para millones de capitalinos y en el lugar donde Latinoamérica alcanzará el cielo”. (3)


Otro edificio de gran altura a punto de terminarse es la segunda torre de  Museo Parque Central, que ya es el edificio residencial más alto de Colombia, con sus 43 plantas y 180 metros de altura.


Está situado en la 13 A con 28, en el llamado Centro Internacional, frente a lo que serán las torres del complejo Atrio.


Muy seguramente esta mole de ladrillo a  la vista construida por Cusezar logrará de una vez por todas la recuperación de esta zona, en la que ya existen las torres de Parque Central Bavaria desde las décadas de 1990 y 2000.


Nos vamos ahora para la zona universitaria del centro-oriente de la ciudad, donde ya se ve lo que será City U, un conjunto de tres edificios dirigidos a la vivienda de estudiantes y en general personas del entorno universitario, respaldado por la Universidad de los Andes. (4)






City U, apartamentos para estudiantes y profesores, en el vértice superior del Eje Ambiental, cerca a Los Andes


La obra se ubica en el comienzo del Eje Ambiental o antigua avenidas Jiménez, en la calle 19 con carrera 3, donde anteriormente se pensaba edificar el Centro Cultural Español, desechado luego de la recesión europea.


Por allí están surgiendo interesantes propuestas de vivienda  en altura, dodne hace cuatro décadas no veían edificios altos de apartamentos como no fueran las Torres de Fenicia, el Barichara, Procoil, el Emperador, las horribles Torres Blancas y los multifamiliares Jiménez de Quesada.


City U está formado por tres torres de 31, 27 y 21 pisos, con capacidad para cerca de 1.800 estudiantes de pregrado, posgrado y profesores. Contempla apartamentos de una a cuatro habitaciones amobladas, con servicios de  limpieza, internet y TV por cable.


Una de las torres será arrendada directamente por la universidad y tendrá 600 camas en dormitorios para la comunidad académica.


“El proyecto nos ayudará a que vengan personas de todas las regiones del país, estudiantes internacionales y aquellos de nuestro programa ‘Quiero estudiar’, que beneficiará la movilidad de nuestro plantel, al vivir cerca de la universidad”, afirmó el rector de los Andes, Pablo Navas.





U City ocupa la manzana en la que iba a estar el Centro
Cultural Español


La iniciativa tiene entre sus fines participar en la renovación del centro de Bogotá. (5)


A ello se sumarán los edificios que se construyen en inmediaciones de la Biblioteca Nacional y las universidades Jorge Tadeo Lozano y Central.


Ahora hablemos del norte de la ciudad, adonde se ha desplazado en las últimas tres décadas gran parte de la actividad empresarial, profesional y comercial de Bogotá.


En la esquina noroccidental de la carrera 7ª con 100, frente a los cerros, donde comienza el área militar del Cantón  Norte y cerca de uno de los nuevos polos de desarrollo de oficinas, empezó a construirse América Centro de Negocios. (4)





América Centro de Negocios, en la 7a con 100 
 


En este sitio existió un viejo barrio obrero, El Pedregal, y se decidió allí un plan de renovación, luego de la larga tarea de compra de predios.


En el inmenso lote se construyen dos torres de 20 y 32 pisos. Pero no se trata de un simple proyecto inmobiliario. En este caso bajo las torres estará una estación de Transmilenio, del Sistema Integrado de Transporte (SITP) y de un futuro tren ligero, razón por la cual se trabaja en una excavación profunda con maquinaria de última tecnología de la firma Galante.


Y por si fuera poco, para desembotellar la zona, el puente vehicular de la 100, que gira hasta llevar el flujo de vehículos a la 7ª en sentido norte, será demolido y reemplazado por otro de mayores dimensiones.


América Centro de Negocios incluye un área comercial y una plaza pública. Serán aproximadamente 85.000 metros cuadrados.


La primera torre tiene 20 niveles y estará situada en la esquina de la calle 100 con la carrera 8ª B.


La segunda, de 30 niveles, será sobre la carrera 7ª en el cruce con la calle 102. (6)


El proyecto incluye auditorio con capacidad para 550 personas, gimnasio y helipuerto.


Todos estas obras pueden generar un efecto positivo –un círculo virtuoso, llamaría el presidente Santos– de renovación de Bogotá, dadas sus grandes dimensiones.


No puede sino celebrarse que se hagan inversiones tan ambiciosas y audaces para quienes estamos acostumbrados a no verlas con frecuencia. Preocupa, eso sí, que algunas de estas iniciativas se hagan con la misma infraestructura, las mismas redes y el mismo amoblamiento urbano, como sin prepararse, pues  podría ser peor el remedio que la enfermedad.

 

Notas







 









 

 

 

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