martes, 3 de mayo de 2016

El Hospital que no ha vuelto a ser


En febrero del 2015 los bogotanos creímos tener por fin una buena noticia en medio del marasmo de errores y ausencias en que se debatió la ciudad de más de 7 millones de habitantes en la que vivimos.

 
Ese día el presidente Juan Manuel Santos y el alcalde Gustavo Petro encabezaron el acto de recuperación del Hospital San Juan de Dios, también conocido como La Hortúa, que es tal vez el más antiguo de la nación –se fundó en 1723–, una reliquia que resume gran parte de la historia de la medicina en Colombia y que hace tres lustros permanece abandonado luego de quedar en bancarrota.


Edificio principal y original del San Juan de Dios
(Álbum del Cuarto Centenario de Bogotá)
 
Soy de los que piensan que el período anterior en la alcaldía fue nefasto, pero mientras Bogotá recupera algún día la década perdida, por lo menos debemos intentar encontrar cosas positivas.

 
Una de ellas, era precisamente el renacimiento del San Juan de Dios, que más que un hospital es un conjunto de 4 hectáreas y 24 de edificios de distintas épocas –el Congreso lo declaró en 2002 monumento nacional y en 2007 como bien de interés cultural del ámbito nacional–, cuya recuperación total tardaría cerca de diez años.


Algunos de esos edificios son de una belleza y riqueza notables y representan momentos  cumbres de estilos europeos o modernos. Que se deben recuperar y preservar. Y la extensión es enorme, lo cual tiene un valor agregado en materia ambiental.


Plano original del complejo de salud

El San Juan de Dios se conoció familiarmente como La Hortúa debido que su sede se construyó en el sitio antiguamente conocido como Molino de la Hortúa o Tres Esquinas, donde se pensó edificar un manicomio.


Pero antes de estar en este sitio, en el siglo XVII el hospital ya existía en lo que hoy es la calle 12 con carrera 9, donde estuvo el convento de los hermanos hospitalarios de la Orden de San Juan de Dios, del cual solo queda hoy la iglesia del mismo nombre. Se llamaba Hospital de Jesús, María y José. Allí se construyeron oficinas en los años 40 donde  hoy funcionan juzgados.


El San Juan se trasladó en 1925 al lugar de la antigua hacienda de la Hortúa, hoy carrera Décima con calle 1ª, en unos predios que se convirtieron en una ciudadela hospitalaria por medio de construcciones sucesivas.


Una ley de 1921 había ordenado construir el hospital en los predios de La Hortúa e invitó a tres firmas para concursar. Fue escogido el proyecto del arquitecto Pablo de la Cruz. (1)


En la década siguiente se agregaron el Pabellón de Enfermedades Tropicales, el Instituto Nacional de Radium (Cancerológico), el Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta y el Instituto Farmacológico de la Beneficencia.


Algunas de las ampliaciones posteriores fueron diseñadas por el arquitecto francés Gastón Lelarge y, la ampliación de 1946  estuvo a cargo de Gabriel Serrano Camargo, quien creó el edificio más grande.

 
Serrano, uno de los fundadores de la firma Cuéllar, Serrano y Gómez, venía de “graduarse” en arquitectura hospitalaria con el diseño y construcción del Hospital San Carlos, trabajo por el cual recibió el Premio Nacional de Ingeniería en 1947. También tuvo mucho que ver con la Clínica de Maternidad David Restrepo, el Hospital San Ignacio y la Clínica San Pedro Claver.


“En 1946 dichas instalaciones resultaron inadecuadas y se decidió entonces la construcción de un gran pabellón que les sirviera de desahogo”, señala su hermano Rafael Serrano. (2)

En los 40 vino la modernización del San Juan 
con este edificio de Gabriel Serrano

 
El San Juan de Dios fue durante  medio siglo el hospital principal de la ciudad. Allí llegaban los heridos, operaban a los enfermos y nacían los niños de las clases populares.

 
Por otra parte, de esa institución salieron noticias importantes para la medicina como la creación del programa de madres canguro, la válvula para la hidrocefalia diseñada por Salomón Hakim y la vacuna  sintética contra la malaria desarrollada por Manuel Elkin Patarroyo.


Pero el hospital comenzó a arrastrar problemas financieros, agravados por las famosas leyes de reforma a la seguridad social, y a finales de la década de 1990 no pudo más y cerró sus puertas.


Desde entonces permaneció abandonado, en una ruina progresiva, ocupado por trabajadores a los que les quedaron debiendo los salarios.


Y regresamos a 2015, cuando la buena intención de que el hospital regresara a  manos de la ciudad se encontró con el primer tropiezo: el registrador de Instrumentos Públicos de la zona sur de Bogotá advirtió que la venta de los terrenos donde están el San Juan de Dios y otros 23 inmuebles ha sido ilegal desde cuando los predios  pertenecían al Asilo de Locos, con lo cual todos los traspasos efectuados desde 1923 no tienen validez.


De inmediato el entonces alcalde esgrimió su tesis recurrente y redujo el hecho a “la  histeria de un grupo de personas” que obran “por sectarismo y odio político”.


El 6 de julio, mediante decreto 263 de 2015, la alcaldía declaró de utilidad pública los edificios del San Juan de Dios y el Instituto Materno Infantil con el fin de poder expropiarlos. (3)


Es deseable que el hospital vuelva a ser eso, un centro asistencial y que pronto reabra sus puertas, lo que exige cuantiosas inversiones. Pero no parece ser tan fácil o por lo menos no parece pronto.


En una información publicada el año pasado por la propia alcaldía encontramos una interesante gráfica sobre el plan especial de manejo elaborado por el Distrito y la Universidad Nacional, y que estará a cargo de la Empresa de Renovación Urbana. Allí se habla acertadamente de “el hospital del siglo XXI”. (4)


En ese plan de cuatro fases, que en total pueden tardar dos décadas, el hospital se presentaba como “un espacio para la paz”. 


La alcaldía informaba también que el 4 de junio de 2015 se abrió el Centro de Genética Forense, que "tiene como objetivo reconstruir el perfil genético de los miles de desaparecidos del conflicto armado en Colombia". (5)  


Los bogotanos nos contentaríamos con que el San Juan de Dios sirviera de nuevo para acoger la gran mayoría  de los habitantes de sectores populares que requieren atención médica por accidentes o enfermedades, con un alto estándar de calidad y sin costo.


Y un poco en segundo término, que se salvara un tesoro de la historia de la medicina y la arquitectura de la ciudad y el país.


Está muy bien que el San Juan de Dios sea el hospital de la paz. Pero debería ser simplemente el hospital de la salud y trabajar para ser el hospital del siglo XXI. Lo demás dejémoselo a las ONG o al centro de memoria histórica.

 
Y he aquí que pasó algo que tiene el plan en veremos.


A comienzos de este 2016, el nuevo alcalde Enrique Peñalosa advirtió que el tema del San Juan de Dios no era una prioridad por el momento.


“Obviamente sería maravilloso poner a funcionar el San Juan de Dios en la medida de lo posible pero hay otras urgencias que son más urgentes”, declaró el alcalde. Para entonces los recursos necesarios para revivir los 24 edificios del hospital iban por los 700 mil millones de pesos, según cálculos del Instituto Distrital de Cultura y Patrimonio. (7)

 
Con todo, parece que el alcalde anterior logró antes de terminar el 2015 que el Distrito (la Empresa de Renovación Urbana) comprara el hospital a la Gobernación de Cundinamarca, por la suma de 157 mil millones de pesos, con lo cual el asunto quedó amarrado.

 
Falta por resolver un problema legal para que la propiedad pase al Distrito, pues el hospital estaba embargado.


 “No se ha podido registrar la propiedad. Petro se apresuró a pagar porque sabía que si no lo hacía el asunto iba a terminar en manos de la nueva administración. Ahora, como hecho cumplido es muy difícil echarse para atrás”, le dijo a La Silla el secretario de Salud de Enrique Peñalosa, Luis Gonzalo Morales. (8)

 
Y el hospital que fue y que querían que volviera a ser, aún no es. Y quién sabe si lo sea.

 

 

Notas

(2) SERRANO CAMARGO, Rafael Bogotá. Semblanza de Gabriel Serrano Camargo, arquitecto.
Cuadernos Proa no. 2. Bogotá, 1983.
(3) Humanidad, periódico de la Alcaldía de Bogotá. Julio 2015. Edición no. 48, pg 16
(4) Humanidad, periódico de la Alcaldía de Bogotá. Julio 2015. Edición no. 46, pg 8 y 9
(5) Humanidad, periódico de la Alcaldía de Bogotá. Julio 2015. Edición no. 46, pg 2
(6) El Tiempo, Bogotá, Julio 15 de 2015. http://www.eltiempo.com/bogota/hospital-san-juan-de-dios/16099585
(7)  http://caracol.com.co/emisora/2016/01/08/bogota/1452278008_514744.html
(8)  http://lasillavacia.com/historia/petro-dejo-amarrado-penalosa-con-el-san-juan-de-dios-52840

 
 
 

 
 

 

 

1 comentario:

  1. Buenas tardes, Guillermo. Quisiera preguntarle sobre la fuente de la fotografía del hospital San Juan de Dios que usó en su blog...

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