El sello de Grijalba en los postes de la verja de hierro del palacio presidencial |
La aparición de la
construcción moderna en la primera mitad del siglo XX en Colombia demandó
materiales y servicios que formaron pronto una industria. Si bien en un
comienzo técnicas e insumos eran importados, surgieron proveedores y
productores propios de los que dan cuenta las publicaciones y la publicidad de
la época.
Uno de los sectores
que reclamaban las construcciones de la época fue el de las estructuras,
ventanería y ornamentación metálica, en el que se destacaron varias empresas,
como Talleres Grijalba, de la cual queda
una impronta en la capital de la república, por cierto ligada al poder y a la
historia, toda vez que su sello pervive en las verjas del propio palacio
presidencial.
Portón de acceso y verja en palacio
La revista Proa nos
sirvió ampliamente para este capítulo, si bien como se dice, la historia está
ahí, como veremos.
Lo decimos porque en
la revista fundada por Carlos Martínez en los años 40 se encuentran anécdotas fascinantes
que sirven para construir esta historia.
Un aviso comercial de
1952 muestra un interesante producto de Grijalba, las casetas de pago de peaje de
la Autopista del Norte, que comenzaba metros adelante del actual Monumento de
los Héroes. La gráfica indica que la tarifa era de 0,30 cvs. para todo vehículo.
(1)
Aviso de la empresa en la Revista Proa en los 50 |
Pero vayamos a la
historia. La empresa fue fundada
en 1925 por Ignacio Grijalba Rodríguez, oriundo de Samacá, Boyacá, quien
aprendió el arte de la siderurgia y el comercio del hierro de la familia de
ingenieros Corradine, de origen británico, que fundaron la famosa ferrería de
La Pradera, Cundinamarca. (2)
Grijalba,
que falleció en 1941, produjo en un comienzo repuestos para maquinaria agrícola
importada, turbinas pelton, trapiches, planchas y calderas para estufas;
campanas de bronce para las iglesias; postes en hierro fundido para el
alumbrado de las calles y bancas para parques, entre otros artículos.
De
acuerdo con sus registros, la empresa fue una de las primeras fabricantes de
ventanas de hierro para casas y edificios. En 1938 la razón social era Grijalba
E. e hijo. La empresa competía entonces con Talleres Centrales en el mercado de
la ventanería metálica fabricada con perfiles importados de Estados unidos y
Bélgica.
Al morir
Grijalba Rodríguez, su hijo Ignacio Grijalba Díaz creó una sociedad anónima asociado
con empresarios, Grijalba y Martínez S.A.
También
trabajó en la industria Jorge Enrique Grijalba Díaz, quien se separó en 1956 de
la empresa para crear la suya propia.
Este
último trabajó en la fabricación de ventanería
en lámina prensada, puertas corta-fuego, puertas de seguridad, puertas
telescópicas y otros elementos de construcción.
Con motivo de los graves hechos sucedidos en Bogotá en 1948, la compañía se puso a la orden de los damnificados con la destrucción y el saqueo, como lo ilustra esta imagen de la prensa de la época, no sin antes declararse conmovida con los hechos, que en todo caso le abrieron oportunidades de trabajo.
Años después la
empresa se conocería como Talleres Grijalba a secas, como en 1979, cuando se inauguró
el actual Palacio de Nariño y la compañía elaboró la verja que circunda la casa
de gobierno, así como los portones exteriores, con todo y sus escudos en bronce,
y las barandas interiores.
Acudimos una vez más
a Proa para conocer otros clientes de Grijalba.
Las ventanas del edificio
Marulanda Grillo, luego denominado edificio Exprinter, en la Jiménez con
carrera 6ª, fueron fabricadas por la empresa.
Así mismo, la parte
metálica de las ventanas del edificio Esso Colombiana y Cudecom, el famoso
edificio de la avenida caracas con 19, trasladado de lugar en los años 70, en
este caso con material importado de Bélgica.
El inventario
incluye también el edificio Bachué, las Torres San José, y su vecino el edificio
de apartamentos de Guillermo Bermúdez, en la carrera 7ª con 82; el Ministerio
de Salud (7ª con 32) y el edificio de apartamentos Manhattan, de Arturo Robledo,
en la 5ª con 73.
Además la torre
residencial Bavaria en el conjunto de edificios del Centro Internacional, el Centro
Administrativo Distrital, conocido popularmente como el Catastro; y como si
fuera poco la Torre Colpatria, y la Fiscalía
General de la Nación , amén de varias urbanizaciones de la Organización Luis
Carlos Sarmiento Angulo.
Grijalba se especializó
y destacó más tarde en puertas cortafuego, como el edificio BBVA en la carrera
7ª con calle 72, el Edificio Mazuera y la Cámara de Comercio de Bogotá.
Grandes obras de la
firma en años más recientes fueron el nuevo Palacio de Justicia, donde instaló
barandas y ventanas.
En dos casos
relativamente recientes, obras que contaban con trabajos de esta firma
sufrieron atentados terroristas. El edificio de Occidental Petroleum (carrera
11 con calle 76) y el Club El Nogal.
Capítulo aparte
merecen las verjas, barandas, rejas en forja, escudos, en fin, la ornamentación
del Palacio de Nariño, que por razones profesionales nos han protegido durante
muchos años en el buen sentido de la palabra.
La sabiduría
popular habla de que este cerramiento de fuertes vigas de hierro es no solo un
elemento ornamental, sino un importante elemento de protección y seguridad,
pues, como se recuerda, en los sucesos
del 9 de abril de 1948 las turbas intentaron entrar a palacio y no faltó mucho
para lograrlo. De ahí que cuando se construyó la sede entre 1976 y 79, se dotó
de una alta seguridad que exige la sede del poder ejecutivo.
Hoy en día esta industria
continúa trabajando para empresas de construcción pesada y en instalaciones de
seguridad complejas. (4)
Notas
(1)
Proa edición 69
1952
(3) El Tiempo. Bogotá, 12 de abril de 1948
(4)
La nobleza del
metal. Grijalba 50 años. Edición limitada. Cargraphics, Bogotá, 2007