Una de las primeras casas edificadas fue la de don Benjamín Moreno y mira hacia el Parque Nacional |
Quienes crecimos en Bogotá siempre
creímos que esas casas de ladrillo, ventanas enmarcadas en piedra y puertas de
madera con cierta forma ojival, llamadas casas inglesas, eran traídas de
Inglaterra o en todo caso idénticas a las viviendas británicas.
Para comenzar, en Gran Bretaña no hay
casas iguales a esas, si bien las nuestras tienen un aire british. Y lo que es más
grave, quienes impusieron esa moda en Bogotá y otras ciudades, como Santiago de
Chile, en realidad fueron arquitectos chilenos, a los que luego se sumaron
varios colombianos.
Se trata en realidad del estilo Tudor,
que ya analizamos más detenidamente en estas páginas. Variaciones sobre un
mismo tema.
La Merced resume como ningún sitio de la
ciudad ese estilo pretendidamente inglés que estuvo de moda entre las clases
pudientes latinoamericanas en la primera mitad del siglo pasado.
Este barrio, que sobrevive decorosamente,
a un lado del Parque Nacional y en las faldas de los cerros orientales, pese a
la pérdida de valor residencial de sus casonas, se construyó sobre un antigua
hacienda de los jesuitas, llamada La Merced, donde se construyó el Colegio de
San Bartolomé en la década de 1940 (Trujillo Gómez y Martínez Cárdenas) y donde
los miembros de la comunidad de San Ignacio de Loyola aseguran que estuvo la primera
cancha de fútbol de la ciudad.
El proyecto fue promovido por José María
Piedrahita, quien adquirió el terreno a la Compañía de Jesús. (1)
Son siete manzanas comprendidas entre
las calles 34 y 36 y las carreras 5ª y 7ª, que limitan por el norte con el
parque nacional, por el oriente con el Colegio de San Bartolomé, por el sur con
La Perseverancia y por occidente con la 7ª y los predios de Teusaquillo. La sinuosa diagonal 34 atraviesa de arriba a abajo el sector, como principal arteria.
Un anuncio de la época decía que La
Merced era “el barrio que dará la ley en belleza, confort, higiene, elegancia”.
La primera casa edificada fue la de
Benjamín Moreno, diseñada por chileno Arnoldo Michaelsen, de la firma Casanovas
y Mannheim, y una de las más grandes de la zona. (2)
"La fascinación por Inglaterra provenía, tal vez, de las relaciones comerciales y de intercambio con ese país en la segunda parte del siglo XIX que se incrementaron a comienzos del XX con el desarrollo de la industria, especialmente del café, e incluyeron a los Estados Unidos, cuya atracción también se dejó sentir", señala Juanita Barbosa en un estudio sobre las casas inglesas en Bogotá.
Añade que "las nuevas élites querían parecerse a los ingleses y asumir sus modas para diferenciarse de los demás, a tal punto que algunos de ellos, como Benjamín Moreno, que se había trasladado a Bogotá para dirigir la sede de la Compañía Colombiana de Tabaco en la capital, encargó a Londres el proyecto de su nueva casa de 1.500 m2 de área en el barrio La Merced aunque finalmente, según parece, el desarrollo a nivel ejecutivo estuvo a cargo de la firma de arquitectos chilenos Casanovas y Mannheim que trabajaba en Colombia desde 1928. (3)
La Merced "posiblemente es el barrio más homogéneo en cuanto se refiere al tipo de arquitectura, y seguramente, uno de los más conservados del patrimonio cultural bogotano a nivel de sector histórico", sostiene Barbosa.
Dicken Castro señaló alguna vez que "en 1940, como reacción a este extremado individualismo, en el cual cada vivienda forma parte de una especie de mascarada arquitectónica, se determina que el barrio La Merced, en Bogotá, sea construido en estilo inglés, obteniéndose como resultado un grupo urbano de por sí exótico, pero de gran homogeneidad y calidad. Las amplias viviendas se convierten en poco tiempo en sedes de clubes, clínicas e instituciones comerciales".
Dicken Castro señaló alguna vez que "en 1940, como reacción a este extremado individualismo, en el cual cada vivienda forma parte de una especie de mascarada arquitectónica, se determina que el barrio La Merced, en Bogotá, sea construido en estilo inglés, obteniéndose como resultado un grupo urbano de por sí exótico, pero de gran homogeneidad y calidad. Las amplias viviendas se convierten en poco tiempo en sedes de clubes, clínicas e instituciones comerciales".
Aunque el barrio lo promovió Ospinas y Cia., también realizaron
construcciones Manrique Martín, Child Dávila y Luzardo, Herrera Carrizosa
Hermanos y Trujillo Gómez y Martínez Cárdenas, José María Montoya Valenzuela y
Cuéllar, Serrano y Gómez.
Entre finales de los 30 y de los 40, el
sector que lleva el nombre de la Virgen catalana se llenó de amplias casas con baywindows
(ventanas que sobresalen de las fachadas) y ricos trabajos de ladrillo en el
exterior, y adentro piedra caliza trabajada en las chimeneas, enormes
escaleras, estanterías y enchapes de madera, y baños con elementos de porcelana
importados.
En La Merced conviven armónicamente las casas inglesas con varias intrusas y modernas. Es el caso de la que perteneció a Jaime Michelsen Uribe (obra de Gabriel Serrano), el pequeño edificio de apartamentos de Enrique Triana, otro de José María Montoya Valenzuela y la casa diseñada por Ignacio Martínez Cárdenas, ahora llamada '"casa del cine", que tanto recuerda a Frank Lloyd Wright.
El presunto ambiente londinense dio para que se grabaran en sus calles escenas ubicadas en la capital del imperio británico, como “María”, en los años 70.
Estas tres construcciones de Gabriel Serrano, Triana y Martínez Cárdenas conviven con las casas Tudor, pese a ser de otros estilos |
Fue en esa década que salieron las
últimas familias de La Merced y las casas se convirtieron en sedes
empresariales y universitarias.
En las casas de La Merced vivieron
personajes como el político liberal Germán Zea Hernández (aún vive su hija Gloria) , Luis Lara Borrero, las familias Huertas,
Reyes Llaña, Puyana, Umaña y Cabal, empresarios extranjeros como Mitchonik, y, siendo aún
joven, el banquero Jaime Michelsen Uribe. (5) (6) (7)
Años más tarde se establecieron en la zona firmas
como Thomas de la Rue, las casas fiscales de Antioquia, Santander, el Huila, el
Valle del Cauca y otras regiones; Propaganda Sancho, la Cámara de Comercio
Colombo-Americana, Fe y Alegría, la agencia de noticias Colprensa y varias
residencias universitarias, entre ellas la Carlos V.
En los últimos años, La Merced se
convirtió en zona de estudiantes, con la presencia del Cesa, el Colegio Mayor
de Cundinamarca y más recientemente la entidad Universitaria de Colombia.
Precisamente el Cesa publicó este año un
enorme volumen dedicado al barrio. Esta institución, que nació como Incolda, se ha ido haciendo poco a poco a un buen número de las casas de La Merced, que preserva con esmero.
Esta y otras iniciativas ayudan a
preservar este interesante rincón urbano, que tanto aporta a la riqueza urbana
de Bogotá y que nunca deja de impresionar a propios y extraños.
(1) Molina Londoño, Luis Fernando y otros. Urbanismo, arquitectura, patrimonio. Ospinas 75 años. Bogotá, 2008.
(2) Ibidem
(3) Barbosa, Juanita. Casas Inglesas en Bogotá. Credencial Historia
http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/casas-inglesas-en-bogota
(3) Barbosa, Juanita. Casas Inglesas en Bogotá. Credencial Historia
http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/casas-inglesas-en-bogota
(4) Castro, Dicken. Arquitectura hasta los años 30. En Historia del Arte Colombiano. Salvat, 1983. Tomo 10, página 1337.
(6) Semblanza de Gabriel Serrano Camargo,
Arquitecto. Cuadernos Proa 2. Ediciones Proa Ltda. 1983
(7) Semblanza de Alberto Manrique Martín, Ingeniero
y Arquitecto. Cuadernos Proa 6. Ediciones Proa Ltda. 1985