miércoles, 23 de octubre de 2013

Urbanidad y urbanistas (7). Tras las huellas de Pablo Lanzetta Pinzón (*)


No era mucha la información que teníamos sobre Pablo Lanzetta Pinzón para aventurar una especie de perfil, pero esa era quizá la razón más importante para hacerlo y así poder tener un resumen de la vida de un arquitecto frente a cuyas obras –principalmente en Bogotá– pasamos a diario y cuya calidad honra el urbanismo colombiano.

Hijo de padre italiano y madre colombiana, el arquitecto nació en El Cairo en septiembre de 1923. La familia se trasladó de Egipto a Colombia en 1935, cuando Pablo ingresó al Liceo Francés en Bogotá,  donde se graduó de bachiller en 1940. Posteriormente  estudió en la Universidad Nacional de Colombia y allí se graduó de arquitecto en 1945.

Lanzetta empezó a ejercer su profesión junto a su colega, el italiano Bruno Violi, con quien constituyó  la compañía Violi, Lanzetta Pinzón limitada, que funcionó de  1947 a 1954.

Violi, natural de Milán y que había llegado en 1930, y Lanzetta hicieron en 1949 el Edificio Buraglia, encargado por los hermanos italianos Blas y Vicente, comerciantes de vehículos y situado al lado del barrio La Merced, conocido por casas de estilo inglés.

Hoy este edificio se conserva y alberga en lo que fuera vitrina de carros una empresa  corredora de bolsa. Lástima que sus paredes son blanco permanente de los maleantes de aerosol que han convertido la ciudad en un esperpento estético.

De este período son también conjuntos cerrados de vivienda del barrio El Retiro, en el norte de Bogotá, en especial el que se conserva en la calle 84 entre carreras 7ª y 8ª, y que está protegido como patrimonio arquitectónico.



Conjunto cerrado situado en la calle 84 abajo de la carrera
 7a., en el barrio El Retiro, de Bogotá 
Posteriormente trabajó de forma independiente y dedicó parte de su tiempo a la docencia,  academia y a labores directivas.  Fue profesor de la Facultad de Arquitectura de la  Universidad de  los Andes y de la Universidad Nacional, de cuyo Consejo Académico fue miembro. 

Entre 1956 y 1960 fue decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, en 1960  Presidente de la  Sociedad Colombiana de Arquitectos y 1966 Presidente de la Cámara Colombiana de la  Construcción.

Así mismo, ocupó cargos directivos en empresas privadas  relacionadas con la construcción como Cementos Diamante (1969),  Ospinas y Cia (1970 -1972), Colseguros (1968 – 1980).

En 1957 se había creado la compañía Lanzetta Pinzón y Cia.,   que  desarrolló o participó en diversos proyectos en el centro de Bogotá, como el  Edificio Unión, en la naciente carrera Décima a la altura de la calle 12, pero particularmente en la sede principal del Banco de Bogotá en la misma Décima con calle 15.

Para esta obra se unieron a Martínez Cárdenas y Cia., con la asesoría de Skidmore, Owings y Merrill de Nueva York.

Esta es una de las sedes que tuvo el banco y que marcó la apertura de la moderna avenida Décima, hecha demoliendo parte del viejo centro bogotano y que puso el centro de Bogotá en el siglo XX.
 
Los estudiosos consideran que este edificio pensado en Manhattan trajo a Bogotá el estilo internacional y tiene referencias a la Lever House.

Infortunadamente, de esta modernidad solo queda el recuerdo. Además de que la torre está en malas condiciones y hace dos décadas sirve de sede a depredadores juzgados y a filas de quienes buscan la justicia.  Ya no existen las elegantes oficinas de don Martín de Corral ni del doctor Mejía Salazar, ni las salas de juntas ni la cafetería al estilo norteamericano de los 50.

Es de anotar que para esta época, en algunos papeles hallados para estas notas, el nombre de la empresa del arquitecto aparece como  Lanzetta, Valencia, Cárdenas y Cia.

Posteriormente el urbanista que nos ocupa gerenció la compañía Lanzetta, Bermúdez y Arango, fundada con sus colegas Guillermo Bermúdez Umaña y Emilio Arango en la década de 1960.


Casa del arquitecto. Actualmente oficinas del Gun Club

De esa época es la Casa Lanzetta, situada en la avenida 82 entre carreras 7ª y 8ª (costado sur), que ahora sirve de oficinas al Gun Club y que está protegida como patrimonio arquitectónico. Como es obra de Lanzetta la casa de Luis Carlos Sarmiento Angulo en La Cabrera.

También los edificios Las Carabelas (Calle 78 con cra 9a), y El Sendero de la 87 (cra. 7a con calle 86 A y en el que viviera el expresidente Alberto Lleras Camargo), y la Casa Bravo, en la carrera 11 con 94, que se resiste a ser demolida bajo usos empresariales. Este estudio de arquitectos trabajó en la construcción del Colegio Nueva Granada, en los cerros orientales de la capital colombiana.

Edificio El Sendero de la 87 en el barrio El Refugio.
 Su más ilustre residente fue Alberto Lleras Camargo



Casa Bravo, hoy sede de oficinas
Por esos años, Lanzetta fue decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional y Presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos.

En los mismos tiempos se asoció con otros arquitectos en la razón social Lanzetta, Pinzón y Arango, que en 1967 terminó el Edificio Internacional, junto a  Cuéllar, Serrano y Gómez. Esta torre triangular, colgada sobre el desnivel de uno de los costados de la calle 26, más tarde –una vez más– fue edificio Banco de Bogotá y ahora lo es de la Corporación Financiera Colombiana.


Una de las sedes del banco de Bogotá, este edificio
 es ícono del conjunto del Centro Internacional

Tiene  un pasaje de acceso a escaleras eléctricas que comunica dos vías de forma diagonal, pero que por los problemas de incultura e inseguridad social es poco utilizado o está cerrado. Sería fácil dormitorio de gentes sin techo o escenario de atracos.

La revista Axxis informó recientemente de la remodelación por parte del arquitecto Miguel Soto, de una casa diseñada por Bruno Violi  hace más de cincuenta años y que perteneció a la familia de Lanzetta, situada en un conjunto cerrado en el norte de Bogotá,
 
“La propietaria del lote, su cliente, quería hacer cuatro casas para dejarles a cada uno de sus hijos. Ella era la madre del entonces socio del italiano, el también arquitecto Pablo Lanzetta, quien se encargó de la construcción. La sociedad entre Violi –por ese entonces cerca de cumplir los 50 años– y Lanzetta –quien tendría la mitad– no duró mucho por la diferencia de edades”.

Edificio de apartamentos Las Carabelas

De acuerdo con el mismo artículo, la casa pasó de mano en mano por la familia hasta que uno de los herederos de Pablo Lanzetta se la vendió a los actuales propietarios.  (1)

Para refrescar la memoria sobre éste y otros constructores, nos fue de gran utilidad encontrar en la Biblioteca Nacional una revista, Flash, que se publicaba en los 60 y que recordábamos haber visto muy borrosamente hasta que alguien se quedó con ese tesoro.

Esta publicación, que se identificaba como “revista de los hechos de Latinoamérica. Fogonazo Informativo” y era dirigida por Consuelo de Montejo, publicó en noviembre de 1969 un suplemento sobre urbanismo y arquitectura en Bogotá en el que se refería a obras notables de la época. (3)

Entre ellas aparecen algunas construidas por la firma de Lanzetta.


Casa Sarmiento en La Cabrera

Y ya para terminar, en la década de los 80, la firma de Lanzetta tuvo la interventoría de los centros de convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, de Bogotá, y de Cartagena.

Pablo Lanzetta murió en 1985 y con él despareció su compañía pero no sus trabajos más
importantes, que perduran en la Bogotá actual.
 

NOTAS
(1) Anuario de la Arquitectura en Colombia 1971
(2) Revista Axxis, Iluminando el pasado
(3) Revista Flash. Noviembre de 1969. Volumen 4, No. 37

 
(*)  Especial agradecimiento a su hija Sylvia Lanzetta.